Bodegas dudan que no será necesario importar vino como dicen autoridades

Los gobiernos cuyanos aseguran que los stocks alcanzan para atender la demanda interna y externa.

Luego de analizar los stocks vínicos, la posible merma de uvas y proyecciones de demanda a junio de 2023, el gobierno mendocino informó el lunes que no será necesario importar vinos el año próximo, y ayer el Ministerio de Producción local coincidió con esta afirmación.

Pero en las entidades bodegueras dudan de la afirmación, porque dicen que dependerá de que se consiga el volumen suficiente para atender la demanda, o de que los valores internos queden fuera de competitividad. Eso sí, aclaran que aún es prematuro hacer proyecciones. Los viñateros locales anticipan que van a resistir la posibilidad de esta práctica.

La polémica se desató luego de una reunión realizada por el Ministerio de Economía y Energía de Mendoza, a través del Banco de Vinos, con los miembros del Consejo Asesor este lunes. Allí se analizó que el stock vínico actual es acotado, pero de acuerdo a las proyecciones de demanda a junio de 2023 alcanzará para la demanda del mercado interno y externo, aun cuando se espera una merma importante por las contingencias climáticas y los precios que están en alza. Alfredo Aciar, presidente del Banco de Vinos, dijo que «no habría necesidad de importar, por lo menos, en los próximos seis meses y muy probablemente en todo el año agrícola próximo», publican diarios mendocinos.

El gobierno provincial se sumó ayer a esa determinación. El ministro de Producción, Ariel Lucero, dijo que «no creemos que sea para nada favorable que se realice la importación de un solo litro de vino al país». Analizó que los despachos de vinos actualmente rondan los 86 millones de litros mensuales al mercado interno y externo, por debajo de los históricos 100 millones de litros mensuales. «Si no hay un gran cambio en el hábito del consumidor no deberíamos tener necesidad de recurrir a la importación, aunque se estiman mermas. Sería totalmente contraproducente recurrir a la importación teniendo la oferta del productor en la provincia o en el país», aseguró Lucero. Recordó el antecedente del 2017 cuando se importó vino habiendo excedente dentro del país y generó un perjuicio a la cadena, principalmente a los productores.

 

La industria analiza otros factores

En la Cámara Vitivinícola, que reúne a las bodegas trasladistas sanjuaninas, coinciden en que los números que se manejan prevén que no hará falta importar, pero advierten que las fraccionadoras tienen un problema grave de abastecimiento, porque las bodegas que tienen vino lo están reteniendo ante las dudas que genera la inflación y el alza de precios. «Hay incertidumbre y los que tienen vino no lo quieren vender, porque no saben a qué precio; y entonces hay un problema grave de abastecimiento, pero no por falta de vino sino por retenciones de stock de las bodegas», dijo su presidente Gustavo Samper. Agregó que el fantasma de la importación va a estar rondando todo el tiempo «porque la realidad es que no consiguen suficiente cantidad de vino para poder sostener la producción», añadió.

Milton Kuret, gerente de Bodegas de Argentina, dijo que la situación climática ha generado expectativas «pero todavía no hay información oficial al respecto y tampoco hemos cosechado». Por eso dijo que hay que esperar para analizar la oferta que va a haber de vino, que se sabrá más cerca de la cosecha, «y siguiendo muy de cerca lo que vaya a pasar con las ventas y los despachos al mercado interno y externo». Destacó que la exportación de vinos a granel ha caído mucho por problemas del tipo de cambio, y por eso la entidad insiste en eliminar las retenciones. «El vino argentino no es competitivo en el mundo, es muy fácil compararse con otros países y los compradores compran a otros porque nuestro vino se termina encareciendo. Además, la exportación de fraccionados también tiene sus problemas», indicó.

También señaló que el mercado local es muy sensible al precio y que los últimos reportes del mes de noviembre son a la baja del consumo. «La importación si fuese necesaria puede que suceda por dos cosas: o porque no tengamos stock o porque los valores, por la falta de competitividad y el tipo de cambio, nos puedan dejar en una situación complicada de costos», aseguró. No obstante, Kuret insistió en que por ahora «es muy apresurado» hacer conjeturas y pidió esperar a ver cómo resulta la cosecha, la oferta de uva; y por otro lado, los vinos en cuanto a precios. «Si (importar) se transforma en una necesidad, no lo sabemos aún. Hay que cumplir con los clientes, con los consumidores y con las obligaciones contraídas. Hay que pensar en eso para tomar esas decisiones, esa es nuestra opinión», dijo el directivo.

Daño por el clima

Entre el 7 de septiembre y el 1 de diciembre se produjeron 6 contingencias climáticas que afectaron al agro local. Hubo 894 denuncias de productores por una superficie afectada de 11.889,43 hectáreas.

 

Los viñedos

Entre los cultivos afectados, el 76,4% pertenece a vid, seguidos por olivos con el 15% y nogales con el 2,57%. Los mayores daños fueron en Sarmiento: 4.532,44 hectáreas, 38,12% del total denunciado.

 

LOS VIÑATEROS

Las entidades viñateras rechazan de plano la posibilidad de importar vinos. Juan José Ramos, titular de Viñateros Independientes y Vicepresidente de la Confederación Federal Pyme, dijo que «no hará falta importar vino porque hay stock suficiente en el país para mantener los mercados internos y exportación». Explicó que a la fecha de liberación de los vinos cosecha 2023, el 1 de junio, habrán casi 6 meses de stock. Si se suma el vino a producir en la cosecha que viene, que estiman serán unos 900 millones de litros, eso hará que se reduzca el sobrestock a casi 4 meses al 1 de junio de 2024.

«Las grandes bodegas necesitan que haya sobrante de oferta para pagar bajos precios por la uva, por eso quieren importar vino a granel. Al estar equilibrado el mercado los productores podemos exigir precios rentables por la uva y formas de pagos actualizadas, ya sea por la inflación o por el valor del dólar oficial. Los viñateros del país no vamos a permitir que se importe vino como ocurrió en el gobierno de Macri», aseguró Ramos.

Por su parte, Pablo Martín, desde la Mesa Vitícola, aseguró que importar en estos momentos «terminaría de fundir» a los productores y los industriales chicos. «Por faltante de vino no creo que importen porque hay existencias suficientes. Sería sólo por precio o disminución de costos para los fraccionadores, con lo cual ante la baja productividad por inclemencias climáticas, y si tenemos bajos precios, nos fundimos», aseguró.
  • Cambio de autoridades en Coviar

El Directorio de la Corporación Vitivinícola Argentina se reunió ayer en Asamblea y eligió a sus nuevas autoridades que asumirán en marzo del 2023, entre las cuales hay un sanjuanino. Mario González (al centro de la foto), presidente de la Cámara Riojana de Productores Agropecuarios (Carpa) fue electo presidente.

Gustavo Samper (a la izquierda), presidente de la Cámara Vitivinícola de San Juan, fue electo como vicepresidente, junto a José Alberto Zuccardi, actual presidente de la institución. Tambien será vicepresidente Pablo Asens (ausente), presidente de la Federación de Cámaras de Productores Vitícolas de la República Argentina.
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1 Comentario

  1. Claramente quieren importar con un dólar barato. Para después decir a los productores que hay mucho vino y pagar miserias…..para después exportar con dólar caro…… somos viñateros…..pero no nos subestimen.

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