En la siguiente nota queremos empezar a entender un poco más respecto de este movimiento muy importante a nivel mundial y local y el alcance o repercusión que el mismo tiene en el ámbito vitivinícola.
Comencemos por explicar qué significa ser vegano o el veganismo. El mismo implica la abstención del uso de productos de origen animal en la alimentación, junto con una filosofía que rechaza concebir a los animales como mercancías, ya sea para la vestimenta, medicamentos, cosméticos, transporte, experimentación, ayuda en el trabajo o entrenamiento.
El término vegano o vegana, es originaria del siglo XIX cuando se llamaba “vegetariana total” a aquellas personas que evitaban el consumo de huevos, productos lácteos o de hacer uso de animales con cualquier propósito.
Paulatinamente, el veganismo se ha ido transformando en una forma de vida que busca excluir, en la medida de lo posible, todas las formas de explotación y crueldad hacia los animales por comida, vestimenta o cualquier otro propósito.
El veganismo y el Vino
¿Qué tiene que ver el veganismo con el vino? ¿A caso el vino se hace con animales? La respuesta los sorprenderá. Si bien, el vino en su composición y de acuerdo con la normativa vigente del Instituto Nacional de Vitivinicultura es el Jugo de la Uva Fermentado, en el proceso de elaboración del mismo y de filtrado más tarde, se utilizan ciertas sustancias que si son de origen animal.
La diferencia, entre un vino vegano y un vino tradicional, radica en la clarificación del vino, un proceso al que se somete el vino para limpiarlo y eliminar impurezas que puedan enturbiarlo en el paso previo al embotellado.
El problema está en la clarificación, que se lleva a cabo en los vinos normales y en los cuales podemos encontrar diferentes productos que se utilizan en la industria y que son de origen animal, como la Albumina de huevo, la caseína (una proteína derivada de la leche), gelatina (que se obtiene de cartílagos de animales, casi siempre de pescado), o la llamada ictiocola (que se obtiene de la vejiga natatoria de algunos peces).
Como hemos dicho, los Veganos no pueden consumir nada de estos productos, que proceden de animales, por lo que tampoco pueden consumir estos tipos de vinos.
La alternativa a esto son los llamados vinos veganos, que se fabrican con clarificantes que no tienen origen animal o que omiten estos procesos. Estos clarificantes son proteínas que se extraen de alimentos como el trigo, las papas o las arvejas. También los Carragenanos, que se han comenzado a utilizar en los últimos años. Se trata de una sustancia que se extrae de varias algas marinas y se utilizan en alimentación como estabilizantes.
Pero sin duda el clarificante más utilizado es la Bentonita, de origen mineral. Se trata de un polvo de arcilla que sirve igualmente para eliminar impurezas de los vinos utilizándose normalmente en la producción de vinos blancos.
Característica de los vinos Veganos
Como decíamos anteriormente, los vinos aptos para Veganos son aquellos en los que no se utilizan materias de origen animal durante la clarificación, pero, además la mayoría de vinos veganos suelen proceder de cultivos de viñas orgánicas, esto es, de viñas que no han sido tratadas con abono o plaguicidas químicos artificiales.
Una de las características de los vinos ecológicos es que no pueden superar una determinada cantidad de sulfitos por litro. Los sulfitos también llamados sulfurosos o SO2, se añaden a los vinos para impedir la aparición de bacterias y también para retrasar su oxidación. Es decir, los sulfitos son un conservante para impedir la degradación del vino. En el caso de los vinos veganos, la cantidad de sulfitos no está regulada. La única normativa, común a todos los vinos, es la que obliga a señalar en la etiqueta que el vino contiene sulfitos si la cantidad es superior a 10mg/L.
Mucho de los productores de vinos veganos eligen no añadir más sulfitos a sus caldos para evitar la pérdida de cualidades. Hay que tener en cuenta que durante la fermentación del vino se produce de manera natural y en pequeñas cantidades, los llamados sulfitos endógenos. Hay productores que consideran que no se deben de añadir más sulfitos para la conservación del vino dando lugar a los llamados ¨vinos sin sulfitos ¨.
La filosofía de los vinos veganos
La producción de vinos aptos para veganos ha aumentado en los últimos años para cubrir la demanda que generan estas personas, pero también para entender la filosofía del veganismo, el respeto por los animales, por el medio ambiente y la relación respetuosa del hombre con la naturaleza.
Lo cierto es que la filosofía del vegano se va arraigando poco a poco en nuestro país y ya hay numerosas denominaciones de origen que incluyen una selección de vinos veganos de calidad. Sin dudas, es un nicho muy importante para explotar, ya que las tendencias a corto, mediano y largo plazo es que este mercado crezca a grandes niveles, producto de los cambios sociales que se están arraigando en las nuevas generaciones en relación con la alimentación libre de animales o sustancias provenientes de los mismos.
Certificación de Productos Veganos
La certificación del producto como vegano es fundamental para el consumidor de este tipo de productos para poder identificarlos y consumirlos. Además le da confiabilidad y seguridad al consumidor al momento de adquirir determinado producto. los consumidores entienden que la empresa está comprometida con sus requerimientos personales y los preferirá por sobre otros. De esta forma, las certificaciones agregan valor a su imagen de marca.
Este trabajo de certificación se realiza a través de diferentes fundaciones que tienen reconociemiento internacional. La certificación no caduca, sino que la misma se encuentra vigente mientras que el producto cuente con los requisitos y especificaciones veganas.
Además, en el envase del producto, se le coloca un sello vegano que nos permite identificarlo y le da respaldo a ese producto al acreditar que hubo un minucioso trabajo tras el logo en sus empaques. Así, los consumidores tendrán mayor confianza al momento de elegir.
¿Cómo certificar un vino vegano?
No hay normativa del Instituto Nacional de Vitivinicultura respecto de las prácticas para elaborar vinos veganos. Una bodega deberá cumplir con toda la normativa y procesos de producción de acuerdo a lo establecido por el INV pero absteniéndose de incorporar sustancias de origen animal principalmente en el proceso de clarificación.
La bodega interesada deberá contactarse con alguna certificadora Vegana, y la misma llevará a cabo un minucioso análisis del proceso de producción y del producto en sí, garantizando la ausencia de productos o sustancias de origen animal en el vino. Una vez que ello se compruebe otorgará la certificación, debiendo incorporar el sello vegano en la etiqueta del producto, en este caso el vino.