Los premios Gustavo Kent, que entrega la Fundación Universidad Nacional de Cuyo, reconoce proyectos novedosos y de fuerte impacto social, económico y medioambiental. El aporte a la vitivinicultura de uno de los ganadores.
En una muestra más de que el desarrollo tecnológico es vital para el mejor aprovechamiento de los recursos en la vitivinicultura, este viernes se llevó a cabo la entrega anual de los premios Gustavo Kent, los que entrega la Fundación Universidad Nacional de Cuyo (FUNC) a proyectos novedosos y de fuerte impacto social, económico y medioambiental.
En un acto llevado a cabo en el Park Hyatt Mendoza, se reunieron todas aquellas empresas, profesores, alumnos y organismos gubernamentales que fueron reconocidos en base a sus proyectos. En esta edición, la convocatoria superó las expectativas, con más de 70 postulaciones en las cuatro categorías. El jurado estuvo compuesto por periodistas, secretarios de la Universidad y miembros de la Fundación.
En el primer premio destinado a las grandes empresas, el reconocimiento fue para un proyecto vinculado con la vitivinicultura y la adaptación a los nuevos desafíos climáticos. Fue para la firma Vivero Mercier, que investiga sobre clones de Malbec, adaptados al cambio climático.
Esta empresa colabora con instituciones científicas y cuenta con apoyo financiero a nivel nacional. Su propósito es conservar el valor de la cepa emblema de nuestra vitivinicultura, más allá de los efectos adversos que pueda tener el calentamiento global, principalmente relacionado a la crisis hídrica.
La empresa tiene origen en Francia pero opera en Argentina hace más de 20 años. Según ellos mismos afirman, en el año 2004 desarrollaron la primera planta convirtiéndose en el primer vivero certificador de plantas de vid en Argentina. El primer clon de Malbec fue lanzado en 2012. En 2016, iniciaron un camino de adaptación al cambio climático y su proyecto contó con la colaboración del Instituto de Biología Agrícola Mendoza. Fue financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica de la Nación.
Otros reconocimientos
Además, en este apartado de grandes empresas obtuvo el segundo puesto la firma Familia Falasco, productores de, entre otros, los vinos Los Haroldos. Fueron reconocidos por fraccionar sus vinos Chacabuco en botellas de aluminio. Lo que para la FUNC “es un reflejo del compromiso ambiental de la empresa, destacando las ventajas de este material como la reutilización, refrigeración rápida, transporte fácil y reciclabilidad, impactando positivamente en el medio ambiente”.
En la categoría de empresas pequeñas, el segundo puesto fue para Uco Drone, una compañía que ofrece servicios de pulverización agrícola con drones y ha desarrollado un innovador proceso de aplicación fitosanitaria en plantaciones agrícolas, utilizando vehículos autónomos.
“Esto ha tenido un impacto significativo al reducir drásticamente el uso de agua, disminuir el uso de insumos en un 30%, evitar la compactación del suelo y eliminar la emisión de gases de efecto invernadero mediante el uso de baterías de litio. Además, protege la salud de los trabajadores rurales al minimizar su exposición a productos químicos”, señalaron.
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