El ministro de Gobierno de Mendoza analizó los cambios que viene imponiendo el Estado nacional en materia de desregulaciones, los comparó con los de Mendoza, reclamó nuevas y pidió por un debate público con información.
Mendoza debe gobernar su producción privada, aun con el impacto de reglas de juego que pone el Gobierno nacional, con las cuales parecen estar en línea. La provincia es la principal referente de la vitivinicultura y sus autoridades se jactan de mantener la misma lógica flexibilizante de la gestión de Milei, pero desde hace 9 años. Generando libertad para que se desarrollen las empresas.
El ministro de Gobierno de la Provincia, Natalio Mema, es un actor importante para Cornejo en esta misión. En diálogo con Uvas Argentinas, analizó los cambios que se vienen imponiendo, los comparó con los de Mendoza, reclamó nuevas desregulaciones y pidió por un debate público con datos y sin «tergiversaciones».
¿Expectativas para esta temporada en la vitivinicultura?
Mendoza, sí tiene una época linda esa es vendimia. Una época súper productiva en la cual están todas las fuerzas puestas para un mismo lugar. Tengo buenas expectativas, sobre todo en escuchar los distintos sectores. Me parece que es un buen lugar de confluencia de las distintas fuerzas vivas de la provincia. Uno siempre viene dispuesto a escuchar, a compartir ideas. En una circunstancia siempre difícil, entre la situación económica, más la situación climática. Pero, en general, nos parece que hay buenas perspectivas.
El Gobierno nacional cambió las reglas del juego de la industria. Mendoza, como referente, ¿va en línea?
Mendoza tiene una particularidad y es que, primero, tenemos un sector privado muy grande, más del 80% de nuestra población vive del sector privado. Eso para nosotros es súper importante y es lo que tenemos que cuidar. Segundo, que ninguna de nuestras industrias está muy regulada. En ninguna la gente se escapa para ir a otros países a comprar ropa o autos más baratos. Somos los primeros en salir a pedir apertura, porque como mendocinos a nivel industria y comercio queremos tener acceso a esos precios que vemos a nivel internacional.
El Gobierno nacional va desandando muy rápido, cosa que está muy buena. Pero todavía el impacto en la baja de precio, en la competitividad internacional, no termina de darse. Nuestra provincia está muy bien preparada para eso. Tenemos que disminuir la mayor cantidad de regulaciones posibles, solamente para que más personas accedan a la mejor calidad y cantidad de bienes por un precio razonable. Esa es la única finalidad.
Obviamente, hay que darle una transición a todas aquellas fuerzas productivas que dependían de un decreto para poder funcionar. Estábamos repletos de distorsiones. A medida que se van sacando hay que buscar una transición. Pero no podemos quedar atrapados en eso, tenemos que tratar de que este ciclo, que se inició el año pasado, se mantenga en el tiempo. Y que de a poco le permita a estas industrias -aunque no es el caso de Mendoza- adaptarse a estas nuevas condiciones. No hay nada nuevo, no hay nada que inventar, es tratar de llegar a los estándares de nuestros países vecinos, ni siquiera de los europeos o Estados Unidos.
¿Preocupa que esta desregulación masiva genere un marco de ingobernabilidad? Hay casos en la vitivinicultura como la rispidez entre los actores de la cadena.
Nosotros a nivel provincial venimos hace 8 o 9 años haciendo esto. Lo dijo el gobernador en el Foro de Inversiones: Bienvenida a la moda. Ahora se puso de moda, bien. Nosotros venimos haciendo este trabajo en la provincia desde antes que se ponga de moda. Creemos que si el trabajo es consensuado, si la discusión pública es sana, todo lo demás se va ordenando. Eso es lo más difícil, que haya discusión con datos, con información, no tergiversada. Las distintas fuerzas tienen sus intereses, que son legítimos, pero todos los que tenemos alguna responsabilidad de gobierno tenemos que velar por el interés general. Y el interés general no está en las pequeñas minorías que están haciendo ruido. Es del 80% o 90% de las personas que se levantan todos los días, van a trabajar, no están altamente politizadas. Ahora hay que levantar la cabeza, mirar el bien general y tratar de ordenar la discusión.
¿Ese bien general para la industria son las exportaciones?
El bien general del país es buscar la mayor cantidad de bienes al menor precio posible y tener la mayor cantidad de personas empleadas, con empleos reales, genuinos, no hiperbólicos, generados por el Estado. A eso hay que apuntar. ¿Es rápido? No. Venimos de mucho tiempo de hacer las cosas difíciles, distorsionadas. Lleva tiempo ordenar eso. Pero más allá de la industria, lo importante es que somos 44 millones de argentinos. Tenemos que empezar a hablar de todo, porque, si hablamos de la industria, después del empleo, es como que son compartimentos estancos. Es todo parte de lo mismo y ahí es donde tenemos que apuntar.
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