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Mario González sobre la puja por el precio de la uva: “Es irracional tener el mismo problema todos los años”

 

El presidente de la COVIAR analizó la actualidad de la industria en la previa a una nueva cumbre, en el marco de la agenda de Vendimia. Los objetivos del PEVI, el futuro del mosto y la pelea entre eslabones de la cadena.

 

 

La Vendimia comenzó y las estrategias para una buena temporada de cosecha y elaboración de vino ya avanzó con acciones concretas y proyección. Una nueva temporada de las que marca un punto dentro del plan estratégico que la propia industria estableció pensando en 2030.

Es la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) la responsable de definirlo, implementarlo y actualizarlo sobre la marcha; para su adaptación a los nuevos desafíos de la industria. Su presidente, Mario González, está conforme con el camino recorrido y confía en dar nuevos saltos cualitativos para esta proyección a largo plazo.

En la previa al tradicional desayuno, evento cumbre de la industria a nivel empresarial y que se enmarca en la agenda de la Fiesta Nacional de la Vendimia, González ofreció una entrevista con Uvas Argentinas, donde habló de estos ejes estratégicos y se refirió a los productores primarios.

¿Qué esperan para esta temporada?

Estamos comenzando la vendimia, en algunas provincias más adelantadas que en otras, debido a que ciertas condiciones climáticas adelantan entre 10 y 15 días las maduraciones. En un mes vamos a estar más avanzados, esperamos más kilos con respecto al año pasado. Estimamos que puede andar alrededor de un 10% más (tras la entrevista se supo que sería un 9%) de lo que fue el año pasado. En buena hora para el sector productivo que tengamos una buena cosecha. Las plantas vienen con muy buena sanidad, así que esperamos tener buenos productos para todo el año.

¿Qué anuncios se pueden ofrecer en el marco del PEVI 2030?

Siempre es un ámbito bueno para escuchar la planificación hacia adelante. Nosotros ponemos a disposición toda la planificación del plan estratégico y todo lo realizado durante el año. También es un momento propicio para que las autoridades, tanto provinciales como nacionales, puedan contarnos su visión para adelante. Siempre destacamos que nuestro plan estratégico es a largo plazo y también queremos justamente tener esa visión a largo plazo de nuestro país. Es lo más importante más allá de la coyuntura.

¿Cómo analiza el cumplimiento de los ejes estratégicos del PEVI? ¿Cuál considera que es el que más cuesta implementar?

Te diría que todos los ejes planteados tienen una importancia parecida porque están desarrollados por todos los actores de la cadena y tienen impacto directo en todos los eslabones. Si me preguntás, quizás el objetivo del mercado externo, desde los primeros años de la Coviar fue uno de los que tuvo un crecimiento más importante porque veníamos de valores muy bajos y con un crecimiento muy fuerte. Fue posicionar a la viticultura argentina en el mundo. Por supuesto, hay variables macroeconómicas sobre las cuales el plan no tiene ningún tipo de injerencia y hacen que uno pueda lograr los objetivos más fácilmente o más difícil.

Sobre el mercado interno, que es en volumen el más importante de la viticultura argentina, el gran desafío era mantener los niveles de consumo. No fue fácil no solo para Argentina sino al mundo. Las acciones para que el vino siga formando parte de la mesa de los argentinos fueron importantes para que esa caída no sea más abrupta.

Sobre el sector primario, es uno de los eslabones más importantes y el más desafiante, porque hay que trabajar mucho todavía en integración, en la incorporación de tecnologías. Es el sector más dinamizador de la mano de obra. Se ha hecho también un trabajo formidable y todavía queda muchísimo para hacer. Insisto en la integración porque ningún eslabón puede estar aislado. Tenemos que lograr la rentabilidad de todos los sectores: el primario, el bodeguero, el comercial y el más importante que es el consumidor.

Son los tres objetivos de la primera instancia, pero los nuevos, el turismo, el objetivo social y el ambiental, que fueron los tres ejes incorporados en la nueva etapa han tenido también un desarrollo importantísimo

¿Cómo percibe que las desregulaciones están impactando en la industria?

Todo lo que tiene que ver con la desburocratización, bienvenido sea porque ayudan a desarrollar una tarea a largo plazo. Arranqué mi discurso el año pasado pidiendo reglas claras para que el sector pueda acomodarse. Vivimos un 2023 muy difícil para importar productos necesarios para la industria y desarrollar el mercado externo. Acomodar eso permite tener previsibilidad. Falta muchísimo, por ejemplo con la carga impositiva, los problemas logísticos de la cadena que hacen perder competitividad. Hay que trazarse un rumbo e ir de a pasitos. Tenemos productos de calidad, buenas condiciones, un know-how desarrollado durante muchos años, pero tenemos que ser competitivos lógicamente.

¿Tiene la industria del mosto mucho por desarrollar a nivel exportaciones?

Creo que el mosto tiene un camino desarrollado en el cual, si los precios internacionales acompañan, ya que es un commodity, puede ser un buen traccionador para este año con disponibilidad de uvas. De darse todo como está, siguiendo con los arreglos logrados en su momento con Estados Unidos luego del dumping y haciendo las cosas bien como país y como empresariado, puede ser una posibilidad ampliar el cupo que tenemos con Estados Unidos. También se pueden seguir impulsando otros destinos. Al mosto hay que verlo como un negocio y no como una salida espontánea por una situación u otra. Tanto en el sector primario para producir mucha cantidad de azúcar como también para el industrial.

Hemos visto un crecimiento de las exportaciones y una nueva caída en el mercado interno. ¿Qué análisis hace de ese balance?

Mi análisis es que el 2024, a pesar de ser un año difícil para el consumo masivo y si bien el vino cayó, no fue a los valores normales que cayeron el resto de las bebidas. Es un dato positivo. Con respecto a las exportaciones, fue muy positivo este crecimiento. Sin embargo, también tenemos que analizar que la comparación es con un 2023 que fue la peor cosecha. Hoy hay que ver el desarrollo del 2025 y tratar que sea el año del despegue. Nosotros tenemos una visión optimista. Hay variables en juego que van mostrándonos los resultados posibles.

Hablando de los eslabones de la cadena. ¿Cómo se solucionan los históricos conflictos como la puja entre productores y el sector industrial por el precio de la uva?

Creo que hay muchos factores para entender la situación. Por supuesto que el mercado sigue siendo el que pone gran parte de las reglas del juego. Hoy el producto es demandado, el problema es cuando la demanda cae y la oferta empieza a superarla, porque empezamos a tener problemas. Para mí es totalmente irracional que tengamos este mismo problema todos los años, ya sea para un lado o el otro. Por eso hablaba de lo importante que es la integración, que no sea solo desde el punto de vista jurídico, sino que el productor y el industrial trabajen integrados. Plantear una situación así tan extrema como que un año le pueda ir bien a uno y otro al otro es totalmente irracional. Es parte de lo que tenemos que componer en esto de la sostenibilidad.

¿Es solo una cuestión de macroeconomía?

El que manda es el último eslabón, el consumidor. Ahí es donde tenemos que poner el foco. Después, por supuesto, miles de variables para desarrollar hacia atrás. Nuestro proyecto tiene que ver con esto. Después, tenemos que lograr que cada uno de los productos derivados de la uva tengan demanda y rentabilidad. Evaluar la oferta en las distintas regiones y equilibrarlas.

A partir de allí yo veo cambios positivos sobre lo que puede venir para adelante y tiene que ver con el acceso al crédito. Es el sistema financiero puesto a favor de los sectores productivos, algo que no tenemos hace muchos años. Tenemos que hacer cambios importantes en la matriz productiva para que los productos que tienen demanda con una rentabilidad acorde puedan ser cubiertos por un sistema de producción primaria que esté a la altura de esas circunstancias. Esto no sucede hace varios años porque no teníamos las líneas de crédito acorde para que esos cambios en el sector primario se puedan hacer. Creo que es el sector que más se adeuda una tecnificación.

¿Cómo se hace para lograr esa integración que menciona?

Por supuesto que el diálogo es primordial. Sentarse en una misma mesa con mucha responsabilidad siempre tiende a mejorar las cosas. COVIAR tiene un instrumento, que es su Directorio, del cual formamos parte tanto los representantes del sector privado como del sector industrial. Hay una mirada mucho más amplia. Desde COVIAR no trabajamos sobre lo coyuntural, sino tratamos de mirar hacia adelante.

Es una muy buena táctica trabajar dejando de lado los intereses particulares, hacer una construcción colectiva. En eso COVIAR ha marcado siempre el rumbo. Lógicamente no hay acuerdos todo el tiempo, pero hay que tratar de consensuar para seguir dando una discusión constructiva.

 

 

Nota exclusiva para Uvas Argentinas. En caso de usar el contenido o reproducirlo no olvide citar como fuente a Uvas Argentinas – www.uvasargentinas.com.ar

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