La prestigiosa revista internacional dio a conocer su informe de cosecha para nuestro país de la mano de Alejandro Iglesias.
Con la cosecha 2021 ya terminada y el otoño tiñendo con sus tonos naranjas y ocres los viñedos, la prestigiosa revista Decanter publicó su reporte de cosecha en Argentina. En la segunda añada que se da durante la pandemia, la publicación destacó que, después de un comienzo preocupante y una serie de eventos climáticos insólitos, cada región del país pronostica excelentes vinos.
Una cosecha en cámara lenta en Mendoza
Para la revista británica, nuestra provincia completó una cosecha muy desafiante. En principio recordó los efectos de la helada del 5 de octubre de 2020, que afectó principalmente a la zona Este dejando como consecuencia una caída del 25% en los rendimientos, mientras que el resto de la provincia no acusó mayores daños.
Ya en el verano el clima volvió a ser protagonista. Después de un comienzo cálido, a mediados de enero las temperaturas comenzaron a descender y en febrero la lluvia comenzó a caer, continuando hasta la primera semana de marzo. Debido al aumento de la nubosidad y los días más fríos, el número de grados en el día registrados durante el verano de Mendoza fue un 6% inferior al promedio histórico, explicaron en la publicación.
En consecuencia, las uvas se tomaron su tiempo para madurar, especialmente las blancas. Cuando las temperaturas volvieron a subir para el mes de marzo, el clima se volvió seco y las uvas de repente comenzaron a madurar rápidamente, lo que provocó una superposición entre las cosechas de uvas blancas y tintas.
La pandemia también trajo sus complicaciones, por los protocolos y la reducción de la mano de obra disponible, la logística, el transporte y el almacenamiento en la bodega se convirtieron en un verdadero enigma.
Pero todos esos retrasos y dolores de cabeza parecen haber valido la pena: “Es una cosecha extraordinaria; sorprendentemente saludable teniendo en cuenta cómo se veían las cosas en un momento dado. Estoy contento con los blancos, especialmente el Chardonnay, teníamos pH bajos con potencial alcohólico moderado”, dijo a Decanter Mariano di Paola, enólogo jefe de Rutini Wines.
Fernando Buscema, director ejecutivo del Catena Institute of Wine, coincidió: “El clima más fresco y las lluvias seguidas por el período soleado en marzo proporcionaron condiciones al estilo de Burdeos para el Cabernet Sauvignon, que llegó sano y maduro con bajo contenido de alcohol”.
Sobre el Malbec, Juan Pablo Murgia de Bodega Argento, que posee viñedos tanto en Luján de Cuyo como en el Valle de Uco, opinó: “Este fue un año excepcional que producirá una variedad de estilos entre Malbec de diferentes regiones. Hemos visto una buena expresión de fruta, equilibrio, acidez picante, alcohol suave y texturas complejas”.
¿Qué pasó en el resto del país?
En San Juan se dio una de las mejores cosechas de los últimos años, especialmente en el Valle del Pedernal, una región clave para los vinos de alta gama. Esta IG ubicada a 1.371 metros sobre el nivel del mar experimentó el clima más fresco de todos los valles del piedemonte andino.
“Obtuvimos vinos con muy buena concentración, potencial alcohólico mucho menor que en otros años y excelente acidez. Los sabores afrutados son potentes, los taninos son sedosos y las variedades de uva se expresan muy bien. Fue un año extraordinario para la región”, comentó entusiasmada Paula González, enóloga de Pyros Wines.
Para los Valles Calchaquíes, donde los viñedos se plantan a altitudes de entre 1.676 msnm y 3.048 msnm, la vendimia fue bastante típica de la región con precipitaciones medias en Cafayate y un verano cálido que adelantó la vendimia unos días.
En tanto que en los viñedos de gran altura en los Valles Calchaquíes del norte, fue un año seco con solo 50 mm de lluvia. “La sequía dio como resultado uvas bien equilibradas con buena madurez y frescura combinada con bajo contenido de alcohol”, dijo Thibaut Delmotte, enólogo de Bodega Colomé.
Pasando a la Patagonia, el inicio de la temporada 2020/2021 fue fresco con nevadas inusuales, pero a esto le siguió un verano seco, cálido y ventoso que también adelantó la vendimia en el Alto Valle de Río Negro.
“Tuvimos una cosecha sana con rendimientos bajos. Los blancos serán muy agradables, frescos y aromáticos; mientras que los rojos serán redondos y complejos con buen color y equilibrio”, contó Juan Martín Vidiri, gerente de producción de Humberto Canale.
En la provincia de Neuquén, en San Patricio del Chañar las condiciones fueron aún más ventosas. Ricardo Galante de Bodega del Fin del Mundo consideró: “Es un año con mucha fruta, rica acidez natural y pH bajos. Además de las destacadas cosechas de Pinot Noir y Chardonnay, notamos una mejora significativa en los Merlots, que tienen un color atractivo, aromas de fruta madura y taninos elegantes”.
A eso se suman buenas cosechas en regiones emergentes y extremas, como Chubut y Jujuy, lo que significa que para Decanter en toda la Argentina hay mucha expectativa de que en los próximos meses ya se embotellen excelentes vinos.
FUENTE: LOSANDES.COM.AR