La industria asiste a una crisis referida a la mano de obra cosechadora y la inflación contribuyó a un importante aumento de la cosecha. Qué reclaman los productores.

Por Uvas Argentinas – Ante la cada vez más preocupante escasez de mano de obra cosechadora, desde diversos sectores de la industria piden incentivar la cosecha mecánica y asistida con el objetivo de modernizar el sector con herramientas que permitan más eficiencia a menores costos.

En este sentido, el Observatorio de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas realizó un Informe de Costos para la cosecha 2022, que reflejó una importante comparativa entre la cosecha manual, la mecanizada y la asistida.

En primer lugar cabe destacar que por la cabalgante inflación, el precio del tacho de uva creció significativamente y terminó durante la cosecha significó entre el 68% y el 79% de los costos de cosecha manual. Este crecimiento que no tiene una resolución en el horizonte, alienta a la identificación de alternativas.

La cosecha 2022 fue entre un 35% y un 75% más cara que el año pasado, dependiendo del sistema utilizado. Los que persisten con la cosecha manual sufrieron incrementos de entre un 68% y un 67% en promedio en el año. Mientras que la cosecha asistida es entre un 15% y un 19% más barata.

En este sentido, las cooperativas están solicitando líneas de financiamiento para acceder a maquinarias que le permitan impulsar la cosecha asistida.

Así mismo, otro punto importante en el que hacen foco es en alentar el surgimiento de empresas proveedoras de sistemas de cosecha, teniendo en cuenta que la mayoría de los productores son pequeños y no tienen el capital necesario para acceder al equipamiento que le permita mecanizar la cosecha.

El informe describe a este sistema como el que permite levantar la cosecha con menor cantidad de personas, mayor calidad de trabajo y menores riesgos, fidelizando las cuadrillas de trabajadores y generando mayor previsibilidad para el trabajador.

Con respecto a la cosecha mecanizada, el informe describe en base a sus datos que es una buena opción por el abaratamiento de los costos, siempre que la finca cuente con una producción mayor a los 200 quintales por hectárea, lo que implica una cosecha a gran escala. Sino, es el método más costoso por mucho. La bondad del método asistido es que los precios son relativamente estables más allá de la producción de la parcela.

Es importante tener en cuenta que el análisis llevado a cabo se basa en un modelo teórico de un productor tipo y cada proyecto en particular deberá evaluar sus variables correspondientes. Los datos no deben ser tomados como valores representativos de la actividad y no representan la totalidad del sector en su conjunto.

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