Carpintería y Albardón hicieron punta con los racimos producidos bajo cubierta. Hay incertidumbre aún sobre el ingreso al mercado brasileño.
Comenzó la cosecha de uva de mesa en San Juan y aún no disipa la incertidumbre sobre la posibilidad de exportar a Brasil. Es que los requisitos fitosanitarios para acceder a sus mercados siguen dejando hoy afuera los productores sanjuanino, ya por el bromurado por la “falsa arañita de la vid” -Brevipalpus chilensis- sino por la “polilla de la vid” -Lobesia botrana-.
Cabe recordar que con unas 12 mil hectáreas de variedades de vid destinadas al consumo en fresco o pasa, nuestra provincia llegó exportar el 90% de los racimos argentinos -unos 80 millones de kilos- hace justo 10 años atrás. El año pasado se remitieron un poco más de 4 millones.

La uva de mesa de San Juan goza de buena sanidad y calidad, pero a veces las normas nacionales e internacionales se vuelven complejas de superar si no se abordan con tiempo.
El empresario Eduardo “Chiqui” Barceló manifestó su “impotencia y esperanza en una rápida resolución en las diferencias de exigencias establecidas por los organismos fitosanitarios respecto de otras naciones que envían sus uvas a un mercado exquisito como Brasil, e incluso ahora, el mismo Sur argentino. Los sanjuaninos estamos impedidos de ingresar a ambos mercados hoy. Hay cambios de autoridades hoy en el ministerio, pero este tema deberíamos haberlo conversado en marzo y no en noviembre”. Esta última frase en relación a la reunión cubierta por Diario de Cuyo hace 15 días entre Juan Carlos Turcumán y Fabián Barceló del sector privado con los ingenieros Luis Kulichevsky de Sanidad Vegetal local y Carlos Bonchef del Senasa.
Desde el Senasa el responsable del programa de control de Lobesia botrana y mosca de la fruta entre otras plagas cuarentenarias indicó: “Para Brasil por las nuevas exigencias establecidas deberán seguir bromurando por la polilla de la vid y para el Sur argentino y Mendoza también por la Ceratitis Capitata -mosca-“.
Barceló remarcó “nosotros invertimos hace muchos años en genética de variedades, riego por goteo e infraestructura de frío. Es claro que si hemos invertido unos U$S 3 millones en la actividad, volcar U$S 100 mil más no nos es problema. El problema es que el bromurado en Argentina, a cambio de Chile, está concentrado en pocas manos. Deberíamos haber trabajado con más tiempo. En este sector siempre es necesario seguir invirtiendo”.
FUENTE: DIARIODECUYO.COM.AR