Un estudio publicado en la revista Nutrients mostró que tienen un efecto beneficioso sobre la microbiota intestinal.
A medida que el calor se avecina, es más fácil cumplir con la recomendación de aumentar el consumo de frutas y sin son de estación, mejor, porque además de aportar nutrientes estarán más sabrosas (y a mejor precio). Una de las estrellas de la temporada de verano que se avecina es la uva, cuyo consumo en el marco de una buena alimentación se asocia a beneficios para la salud.
En ese sentido, un reciente estudio observacional (es decir, que no puede probar causa y efecto) publicado en la revista Nutrients aportó nueva evidencia sobre el vínculo entre su ingesta y efectos positivos en la microbiota intestinal y el colesterol.
El trabajo halló que consumir uvas aumentaba significativamente la diversidad de bacterias intestinales, que se considera esencial para una buena salud en general. Además, se halló un vínculo entre su ingesta y la reducción en los niveles de colesterol, así como los ácidos biliares que juegan un papel integral en el metabolismo de esa sustancia.
Según sus autores, los hallazgos sugieren un nuevo papel prometedor para las uvas en la salud intestinal y refuerzan los beneficios de las uvas en la salud del corazón.
Beneficios de las uvas
Las uvas, especialmente las moradas u oscuras, tienen un alto contenido de antioxidantes con efectos protectores sobre la salud, como el resveratrol y los flavonoides (un subtipo de polifenoles), que se encuentran principalmente en la cáscara, el tallo, la hoja y las semillas de las uvas (no en la pulpa). Además, son una buena fuente de fibra.
Estudios anteriores en humanos y animales ya habían hallado relaciones entre su consumo y efectos antioxidantes, antibacterianos y antivirales de la uva, el extracto de uva y/o los compuestos fenólicos de la uva. Asimismo, investigaciones previas demostraron que las frutas con alto contenido de polifenoles pueden tener efectos prebióticos, lo que lleva a cambios en la composición de la microbiota intestinal.
Sobre esa base, el investigador principal Zhaoping Li, de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA, en Estados Unidos), diseñó junto a su equipo un estudio para evaluar si el consumo diario de uva altera el microbioma intestinal y los valores de colesterol.
El trabajo se inscribe en una serie en expansión de trabajos que se concentran en cómo la salud de la microbiota intestinal repercute en el organismo, dado que hay evidencia de que la disbiosis (desbalance del equilibrio microbiano) se asocia con el desarrollo de enfermedades metabólicas, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.
Una taza y media
Del estudio de intervención, llevado a cabo en el Centro de Nutrición Humana de la UCLA, participaron 19 voluntarios sanos de 21 a 55 años que consumieron 46 gramos de uva entera en polvo al día, que proporciona el equivalente a dos porciones de uva diarias (una taza y media), durante un mes.
Los participantes consumieron una dieta baja en fibra y en polifenoles un mes antes del estudio y durante las cuatro semanas en las que se sometieron a la intervención.
Los resultados mostraron que finalizado el ensayo hubo un aumento en la diversidad microbiana (medida por el índice de Shannon, una herramienta de uso común para medir la diversidad de especies).
Entre las bacterias beneficiosas que aumentaron se encontró, entre otras, Akkermansia, una bacteria de gran interés por su efecto beneficioso sobre el metabolismo de la glucosa y los lípidos, y en la integridad de las paredes intestinales.
Además, se observó una disminución del colesterol en sangre, incluido el colesterol total en un 6,1% y el colesterol LDL (el «malo») en un 5,9%. Los ácidos biliares, que están relacionados con el metabolismo del colesterol, se redujeron en un 40,9%.
«Descubrimos que las uvas tienen un efecto beneficioso sobre las bacterias intestinales, lo cual es una gran noticia, ya que un intestino sano es fundamental para una buena salud», afirmó Li.
Y añadió que «este estudio profundiza nuestro conocimiento y amplía la gama de beneficios para la salud de las uvas, y refuerza los beneficios para la salud cardíaca vinculados al descenso en el colesterol».
En la misma línea, en las conclusiones del trabajo los autores subrayan que los datos recabados «ayudarán en el diseño futuro de estudios para explorar los beneficios para la salud del consumo de uva».
FUENTE: CLARIN.COM