Representantes del sector exigen una eliminación de la alícuota que se paga por la exportación de vino y suma otras medidas para acortar la brecha entre la cotización y el aumento de los costos en pesos.
Por Uvas Argentinas – Tras las primeras liquidaciones de soja con cotización específica para el sector, bodegueros retomaron los reclamos hacia el Gobierno nacional con el objetivo de exigir la eliminación de las trabas a las exportaciones o bien la intervención en el retraso cambiario que muestra un desfase con el aumento de los precios en pesos.
Este lunes salieron los datos de inflación de exportaciones de vino a nivel nacional que reflejaron una caída durante los primeros ocho meses del 2022 en el volumen de vinos exportados en un 19%. “Los números hablan por sí solos”, destacó Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina, cuando se conocieron los datos de julio.
“Consideramos imperiosa la necesidad de suspender los derechos de exportación con la finalidad de liberar recursos de las bodegas para reinvertir en el negocio, y mantener la demanda en el exterior en mercados sumamente competitivos”, completó.
El pedido puntual implica que se elimine la alícuota de 4,5% de derechos a la exportación que actualmente gravan al vino. Sin embargo, no es el único pedido para las autoridades.
En relación al retraso cambiario, un dólar más competitivo no solo le permitiría recuperar los niveles de exportación sino que también contribuiría a las bodegas a equilibrar los desbalances de los precios internos en pesos.
La inflación ha provocado aumentos importantes en distintos insumos como la uva (por la mala cosecha) o el vidrio (por la escasez de productos). Estos incrementos han avanzado mucho más que el precio al que podían liquidar los productos en el exterior con un dólar oficial planchado pero precios en pesos al ritmo de la devaluación.
Además, el inconveniente de las bodegas radica en la imposibilidad de aumentar los precios a los que se ofrecen los productos en el exterior, dada la alta competencia con otros países en los cuales directamente no rigen gravámenes. De hecho Argentina está entre los primeros cinco productores de vino pero apenas alcanza a incluirse en el ranking de los 15 principales exportadores.
Por último, los bodegueros exigen al gobierno nacional acuerdos de libre comercio con los países de referencia en el intercambio comercial de este producto, teniendo en cuenta que sumado a todos los inconvenientes mencionadas anteriormente, el vino también sufre el pago de aranceles que aplican estos países para defender su industria nacional.
Este reclamo llega a la mano con otro que data de más años y se refiere a la incapacidad para establecer políticas públicas de estado de promoción de la Marca País a nivel internacional, que surjan como iniciativa del Gobierno nacional.
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