Según datos relevados por el Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA), cada hectárea de uva genera exportaciones por un total de U$S 4.800, una cifra 5,6 veces mayor que una de soja, que genera U$S 857. Además, cada 100 hectáreas cultivadas con vid le dan empleo a 72 personas, frente a sólo 2 que trabajan con la oleaginosa en esa cantidad de ha. El informe revela que la vitivinicultura es el complejo agroalimentario exportador que más valor agregado y empleo genera en Argentina.
Dentro de las cadenas agroalimentarias qué más exportan en la Argentina, el complejo que incluye uva/vino es el que más se destaca, y el que ofrece el efecto multiplicador más significativo. Ningún sector agro exportador como la vitivinicultura genera más dólares por hectárea cultivada ni empleos a nivel país.
Así lo certifican los datos oficiales al 2020 de los Ministerios de Desarrollo Productivo y de Agricultura, Ganadería y Pesca y el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), relevados por el Observatorio Vitivinícola Argentino -unidad ejecutora de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) gestionada por la Bolsa de Comercio de Mendoza-, en donde puede observarse que una hectárea de viñedos genera más dólares por exportaciones y más empleo que cualquier otro producto agrícola en la Argentina. Se trata de un aporte clave para medir el impacto real que tiene la vitivinicultura sobre las economías regionales del país.
Según estos datos y con relación a la generación de divisas, una hectárea cultivada con uva genera exportaciones promedio por un total de U$S 4.800. Esto es casi el doble de lo que exporta una hectárea de maní (U$S 2.683) y representa 5,6 veces más de lo que la soja exporta por hectárea, que equivale a U$S 857.
Por otro lado, además de este aporte fundamental para la economía argentina, el complejo exportador de la uva (incluidas aquí las ventas de uvas en fresco y pasas, vino fraccionado y a granel y jugo concentrado o mosto) es un sector clave en la generación de empleos.
Esto es así porque por cada 100 hectáreas cultivadas y en producción, la vitivinicultura genera alrededor de 72 puestos de trabajo. Es decir, diez veces más que los empleos que genera el maní (7 por cada 100 hectáreas en producción) y ampliamente superador a la cantidad de mano de obra que demandan los complejos exportadores de cebada, girasol, trigo, maíz y soja. Todos estos sectores emplean a entre 1 y 3 personas por cada 100 hectáreas cultivadas.
“Estos datos reflejan el efecto dinamizador que tiene la vitivinicultura para las economías regionales y la potencialidad para generar divisas genuinas y crear empleos en zonas rurales”, destaca Daniel Rada, director del Observatorio Vitivinícola Argentino.
Otro punto a destacar es la presencia en el mundo y la diversificación de mercados que tiene la vitivinicultura argentina. En este sentido, el complejo uva con sus productos exportables llega a 108 mercados (países) del mundo. En tanto el complejo maicero llega solo a 66 países, mientras que el maní accede a 63 y la soja a 44 mercados.
“En este contexto y contemplando el efecto multiplicador que tiene la vitivinicultura como generadora de divisas, creadora de empleo y su aporte a la construcción de marca país, es pertinente discutir el rol e impacto que tienen los derechos de exportación que hoy paga el sector. Un menor costo por la eliminación de las retenciones nos ayudaría a ser mucho más fuertes en los mercados y crecer más en las exportaciones”, afirmó José Alberto Zuccardi, presidente de Coviar.
En esta línea, el estudio y análisis comparativo de los complejos agroalimentarios exportadores fue presentado al equipo técnico del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, para que sea analizado y evaluado por el ministro Matías Kulfas, en conjunto con el pedido de eliminar los derechos de exportación (retenciones) que actualmente pagan los principales productos de la vitivinicultura, un sector clave de las economías regionales presente en 18 provincias argentinas.
FUENTE: ENOLIFE.COM.AR