Por Gabriela Lizana referente de APROEM y directora de BICE Fideicomisos.
Con insumos cuyos aumentos en dólares están muy por encima de los índices de inflación interanual, aumento del producto en góndola de más del 110 %, y con valores al día de hoy cuyo equivalente en precio de la uva no alcanzaría para el productor a cubrir los costos de producción. Un año más y van….
Hace varios años venimos reclamando el descontrol en la distribución de la renta al interior de la Cadena vitivinícola (algo que también se da en otras cadenas agroalimentarias del país), la que parece un imán de atraer distorsiones que jamás resultan un beneficio para el sector productivo.
Por eso, justamente por eso, es que se están abandonando sistemáticamente cultivos y se promueve incluso el cambio de actividad.
El abuso normalizado en las relaciones comerciales y el descontrol en las cadenas comerciales hace Imprevisible cualquier tipo de perspectiva seria de crecimiento para el sector productivo.
Herramientas antiquísimas que han probado reiteradamente la inutilidad, se toman como útiles paliativos de lo “peor que podría ser” y así se consolidan negocios como el del mosto, quienes tienen cautivos proveedores obligados a diversificar en su favor al precio que ellos deciden pagar, o sea ellos, el mercado.
En fin sabemos también que la merma respecto al año pasado debido a factores climáticos, falta de agua y de recursos, tampoco será suficiente motivo para que la recomposición de los precios devuelvan la Dignidad pérdida al sector , el que sigue sometido a los mismos avatares de hace un tiempo .
Hemos resaltado precios mínimos sugeridos para que el productor sepa a qué valores vender, y que si lo hace por debajo estará otra vez más perdiendo dinero y por lo tanto descapitalizándose. Algo que sucede ante la vista de todos mientras perdiéndose hectáreas, mano de obra, trabajo digno, parece ser algo aceptado como parte de la normalidad.
Triste final tendrán las economías regionales si esto continúa.
FUENTE: MENDOZATODAY.COM.AR