Un brote histórico de la enfermedad causada por el hongo Plasmopara viticola pone en jaque la producción vitícola de la provincia, con pérdidas que podrían superar el 50% en algunos viñedos.

La viticultura sanjuanina enfrenta un escenario alarmante debido a un brote histórico de peronóspora, también conocida como mildiu de la vid. Según un informe de la Mesa Vitícola, “la plaga amenaza con devastar la cosecha 2025”, afectado principalmente a los viñedos de Caucete, 25 de Mayo y Sarmiento, zonas estratégicas para la producción de mostos destinadas a exportación.

El ingeniero agrícola Nicolás Yanzón, miembro de la Mesa Vitícola, explicó que las intensas lluvias de octubre y las temperaturas inusualmente bajas crearon condiciones ideales para la propagación del hongo, que ha dañado mayormente los racimos. “Este fenómeno es poco común en San Juan y afecta principalmente a variedades como Moscatel, Pedro Giménez, Torrontés, Bonarda y Cereza”, señaló.

Un ciclo devastador

Rodrigo Espíndola, presidente de la Subcomisión de Productos No Fermentados de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), detalló cómo las condiciones climáticas activaron la «regla de los 3×10»: más de 10 mm de lluvia, brotes de más de 10 cm y temperaturas superiores a 10 °C. Este escenario permitió que el hongo latente en la hojarasca se reactivara, generando un ciclo infeccioso que comenzó con manchas aceitosas en las hojas y avanzó hacia la formación de esporangios en el envés, visibles como un polvo blanquecino.

Espíndola advirtió que este año la peronóspora atacó principalmente a las bayas verdes en la etapa fenológica de «grano pimienta», causando momificación parcial o total de los racimos. “Esto tendrá un impacto devastador en la producción, especialmente en viñedos destinados a la elaboración de mostos, donde San Juan es líder nacional”, alertó.

Pérdidas millonarias y falta de apoyo

El presidente de la Mesa Vitícola, Pablo Martín, describió el panorama como catastrófico: “Algunos viñedos han perdido entre el 50% y el 100% de su producción”. A pesar de que muchos productores siguieron los protocolos de aplicación de fungicidas, las lluvias intensas y sostenidas superaron las capacidades de prevención.

Además, el brote de peronóspora no está contemplado en el Programa de Contingencias Climáticas del Gobierno, lo que deja a los viticultores sin herramientas claras de apoyo financiero o logístico para afrontar la crisis.

Prevención limitada ante un brote excepcional

Espíndola explicó que los tratamientos fitosanitarios regulares, aunque útiles, requieren una ejecución precisa y maquinaria calibrada para ser efectivos. Sin embargo, las condiciones extremas de este año han reactivado el ciclo del hongo, que solo podría detenerse con temperaturas superiores a los 40 °C, algo improbable en esta época.

La situación actual exige medidas urgentes para mitigar el impacto en la cosecha 2025 y salvar la economía vitivinícola de San Juan, cuya exportación de mostos es clave para la provincia. Sin apoyo inmediato, los productores se enfrentan a un futuro incierto, marcado por la pérdida de rentabilidad y empleos en la región.

FUENTE: DIARIODECUYO.COM.AR