Durante el encuentro entre bodegueros y funcionarios de la provincia de Mendoza, los empresarios mostraron preocupación por el avance de proyectos mineros y la afectación del agua. El Gobierno defendió la actividad pero no parece haber tranquilidad.
Si bien no es nuevo, el frente de batalla entre los bodegueros y los proyectos mineros quedó más expuesto que nunca este fin de semana, en el marco del calendario político que tuvo lugar en Mendoza en torno a la Fiesta Nacional de la Vendimia.
El sábado se realizó el tradicional agasajo de Bodegas de Argentina, el organismo que nuclea a los principales referentes empresariales del sector industrial de la vitivinicultura, con una fuerte presencia política, entre la que se destacó el gobernador Alfredo Cornejo y la vicepresidente Victoria Villarruel.
Allí, el presidente del organismo, Walter Bressia, brindó un discurso en el que hizo un balance de la actualidad de la agroindustria y se mostró preocupado por el avance de la minería en zonas de “explotación” vitivinícola.
“Esperamos que su desarrollo se dé en zonas donde no afecte los recursos naturales, visuales ni sociales. La agricultura es agua-dependiente, en cantidad y calidad. Hemos realizado importantes inversiones productivas que, sumadas al paisaje, al crecimiento gastronómico y la conectividad hacia el oeste argentino, nos han posicionado en el mundo como destino turístico sostenible. Solicitamos que prime la racionalidad al momento de autorizar los futuros desarrollos mineros”, expresó Bressia.
De hecho, los productores de la provincia de San Juan se sumaron al reclamo. Participaron dos organizaciones centrales de la industria como la Asociación de Viñateros Independientes de San Juan y de la Federación de Viñateros de San Juan, representadas por sus respectivos presidentes, Juan José Ramos y Eduardo Garcés.
La declaración no llega en un contexto cualquiera, considerando que la semana anterior, Alfredo Cornejo había sido parte del quinto Foro de Inversiones y Negocios, donde presentó el Plan Pilares, que consiste en el desarrollo de proyectos de exploración de minas de cobre para la posterior explotación.
Si bien el gobernador se mantuvo cordial en todo momento y hasta se mostró comprometido con el negocio de los bodegueros, no ocultó su interés en atraer inversiones mineras. Eso sí, defendió que los proyectos no afectarán la sustentabilidad.
“Es importante seducir a las grandes inversiones, para que vengan a esta provincia a desarrollar minería sustentable”, señaló, y agregó que algunos minerales como el cobre son necesarios para implementar el modelo sustentable que se proyecta. Por otro lado, justificó que el 80 por ciento de la extracción de minerales del mundo se hace con métodos prohibitorios.
De hecho, este miércoles una comitiva de distintos funcionarios de Argentina participó de la feria sobre minería más importante del mundo, en Canadá, con el objetivo de exponer al país como una buena opción para invertir. Participaron representantes de Cancillería, el gobernador sanjuanino Marcelo Orrego y la Ministra de Energía y Ambiente de Mendoza, Jimena Latorre. También autoridades de Catamarca, Jujuy, Salta, La Rioja y Santa Cruz.
Mientras tanto, la situación no parece estar controlada y los intereses de dos empresariados fuertes seguirán contrastando. Por un lado, no solo el vitivinícola sino también todo el sector turístico que se asocia al mundo del vino, y por otro, los proyectos de desarrollos mineros, apalancados por la necesidad de ampliar la matriz productiva.
El conflicto hace prever que puede ser necesaria una regulación o legislación que controle y fije una postura. En ese caso, el Gobierno deberá pagar el costo político en cualquiera de las decisiones. Siempre en caso de que no se consiga una correcta convivencia, la que parece poco viable.
Actualmente, entre ambas provincias (Mendoza y San Juan) no solo son las principales a nivel vitivinícola, sino que además tienen la mayor cantidad de proyectos de cobre, por ejemplo, en todo el país.