La llegada de Javier Milei a la presidencia genera cambios en la gestión del sector. Los puntos de la gestión que reconoció Hinojosa y los nombres que se perfilan para sucederlo.
Se vienen tiempos de cambios políticos y la transición ya empieza a impactar a la vitivinicultura. El triunfo de Javier Milei como presidente configura una nueva forma de ejercer la política económica y el sector agroproductivo espera cambios, aunque sin tener en claro cuáles.
A priori, se deben designar nuevas autoridades y en la danza de nombres para ministerios, en plena negociación con Juntos por el Cambio, la presidencia de Milei deberá designar más de 60 cargos en la provincia de Mendoza, entre los que se encuentra el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, el organismo que nuclea al sector y tiene sede en Mendoza.
El peronista Martín Hinojosa transita sus últimos días de gestión a la espera de que se conozca quién lo sucederá. Como siempre en estas circunstancias, los balances son inevitables. En el marco del Día del Vino Argentino como Bebida Nacional, Hinojosa publicó un artículo de opinión en el diario Los Andes de Mendoza, donde además de resaltar el valor de la vitivinicultura nacional, dejó su evaluación de la gestión.
“Cuando asumí la responsabilidad de conducir un organismo tan importante con prestigio nacional y mundial como el Instituto Nacional de Vitivinicultura, me propuse potenciarlo como protagonista en las definiciones estratégicas para el sector. En estos cuatro años hemos trabajado en favor del sector, siempre escuchando y consensuando. Estoy convencido que esa es la manera de trabajar y de construir”, escribió en la columna del diario mendocino.
Luego, enumeró una serie de logros entre los que se destacan la duplicación de reintegros a las exportaciones y la eliminación de las retenciones vitivinícolas. También sacó pecho por la negociación con Estados Unidos por las sanciones por dumping a las exportaciones de mosto argentino. “Salvamos al mosto argentino”, expresó. También destacó el financiamiento de 50 millones de dólares en el marco del programa Proviar II, entre otras cosas.
“Entiendo que lo más importante para un dirigente vitivinícola es estar en contacto con productores, bodegas, con los referentes del sector. El contacto diario y permanente permite tomar decisiones consensuadas, que responden a necesidades reales del sector. El contacto y conocimiento permite proyectar el futuro del sector vitivinícola. Soy de los que cree que se gestiona desde el terreno y no desde el escritorio. Estoy convencido que la vitivinicultura se la debe proyectar con una mirada estratégica, moderna y con eje comercial”, agregó.
“Creo que la vitivinicultura, como economía regional con gran potencial exportador, tiene un futuro próspero. El desafío es grande y necesita de sus dirigentes, referentes y funcionarios públicos compromiso para defender su importancia productiva y comercial. En esto es clave el acompañamiento del sector público, siempre trabajando en sinergia con el sector privado, para que con sus distintas herramientas promueva la incorporación de más pymes exportadoras. El desafío final es que nuestros productores tengan rentabilidad y no sean la variable de ajuste de la cadena de valor”, cerró.
¿Qué le depara al INV?
Con oficializaciones pendientes, la política ya negocia este puesto vital para la economía regional. Todo parece indicar que el sucesor de Hinojosa saldrá de Mendoza, donde la Libertad Avanza no tiene gran presión, por lo que debe consultar con sus socios políticos.
El Partido Demócrata de Mendoza le acercó tres nombres de empresarios del sector a Fernando Vilella, quien ejercerá como Secretario de Agricultura. Si bien se desconocen los nombres, probablemente sean los consultados a la hora de definir el cargo. Por el ala del cornejismo, los propuestos son Natalio Mema (actual secretario de Servicios Públicos que no tiene experiencia en el sector) y el bodeguero Rodolfo Vargas Arizu, que supo integrarse a Cambia Mendoza a pesar de no ser parte de la gestión.
