El inicio de la medida fue engorroso, en parte porque el Gobierno busca evitar impactos en los precios internos. Pero el tipo de cambio preferencial pierde atractivo en la medida que pasan los días.
Si el dólar soja 3 no está dando los resultados esperados ya que el volumen de liquidación está muy por debajo de lo esperado y el ritmo de liquidación para alcanzar el objetivo de USD 5.000 millones hasta fin de mes debería duplicarse, su versión para las economías regionales, denominado dólar agro, tiene por ahora un desempeño aún más decepcionante.
Desde que se oficializó la medida a mediados del mes pasado, ingresaron apenas unos USD 50 millones, provenientes mayormente de sectores concentrados casi exclusivamente en la exportación, como peras, manzanas y también cítricos que han logrado avanzar. A este ritmo, la norma aportaría unos USD 200 millones mensuales, lejos del promedio de USD 1.000 que serían necesarios para alcanzar la meta oficial en los próximos cuatro meses.
El debut de la norma fue engorroso y el trámite para obtener el beneficio de un tipo de cambio diferencial a $300 incluye una escala de las empresas en la Secretaría de Comercio para anotarse en el plan de Precios Justos. Esa parada técnica demora el inicio del proceso y, por ende, el ingreso de divisas.
Pero el ministro de Economía, Sergio Massa, informó cuando anunció la medida que por la vía de las economías regionales proyectaban obtener unos USD 4.000 millones hasta fines de agosto. Por el momento, ese objetivo luce completamente inalcanzable, aun cuando sea razonable que durante las primeras semanas de vigencia, el ingreso de divisas sea menor, con la expectativa de que se vaya incrementando en la medida que se expande el alcance del beneficio. De hecho, la lista de productos alcanzados se acaba de ampliar hace apenas tres días, con la inclusión de la carne caprina y la yerba mate.
Con un volumen de exportaciones de USD 94 millones en 2022, el de la yerba es, sin duda, uno de los casos más sensibles ya que es un producto masivo de alto consumo interno, cuyo precio está regulado por el Instituto Nacional de la Yerba Mate, en el que un tipo de cambio más alto para vender en el exterior suma presión y más distorsión en toda la cadena de producción.
Pero también para los exportadores de maní el proceso resulta dificultoso. Se trata de un sector que exporta el 70% de su producción, por un valor anual levemente superior a los USD 1.000 millones y es el que tiene el mayor potencial de generar divisas en el marco de esta iniciativa. Otros rubros encuentran dificultades para calzar los plazos de la norma, vigente en principio hasta fin de agosto.
Ese plazo se topa con otra enorme dificultad a medida que corren los días. El precio del dólar ofrecido pierde rápidamente su atractivo en un contexto en el que el Banco Central se ve forzado a imprimir un ritmo de suba al dólar oficial cercano al 10% mensual. Es decir que el incentivo a inscribirse es cada vez menor conforme transcurren las semanas y ya para agosto, el beneficio prácticamente quedará extinguido si no se introducen modificaciones.
De hecho, una proyección reciente del Bank of America, estima el precio del dólar oficial en $314 entre julio y septiembre y un salto cambiario más brusco recién hacia fin de año.
“Con el tema del dólar agro, hay que diferenciar algunos puntos. Sin duda el complejo sojero es el que más aporta. Después se agregaron otros rubros que son agro pero no tanto economías regionales, como el aceite de girasol o cebada y otros cereales u oleaginosas. Economías regionales específicamente aporta realmente muy poco”, explicó el economista Martín Polo.
FUENTE: INFOBAE.COM