En Argentina hay 900 bodegas en actividad, que dan trabajo directo a 150.000 personas y a 250.000 más en forma indirecta. La importancia de la exportación de vinos es porque Argentina está presente en 108 países a nivel mundial.
José Zuccardi y representantes del sector se reunieron con Daniel Scioli, el ministro de Desarrollo Productivo y con Ariel Schale, Secretario de Industria y Gestión Comercial Externa, luego con Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados. “No somos parte del problema, somos la solución. Somos una industria que trae dólares, importamos muchos menos de lo que exportamos. Tenemos algunas situaciones de pagos al exterior que tenemos que hacer por servicios, repuestos de maquinarias e insumos para la industria local que necesitamos que se agilicen para poder trabajar en el rumbo trazado. La vitivinicultura aporta no sólo en recursos, sino también en la construcción de la marca país”.
Menos trabas para importar
De la reunión salieron bastante contentos porque no sólo abrieron un canal de diálogo, sino también salieron esperanzados. “Nos plantearon que esta situación crítica la veían como una situación de corto plazo, generada por el crecimiento de las importaciones energéticas. Nos aseguraron que en dos semanas, a partir del 15 de agosto, iba a haber una flexibilización de las medidas para importar. Nos dijeron que cada reunión que el Banco Central había tenido había flexibilizado las medidas”, aseguró Zuccardi a BAE Negocios.
Para dimensionar, el sector vitivinícola exporta alrededor de 1.000 millones de dólares anuales. El presidente de COVIAR contó: “Nuestros productos son de mucho valor agregado, por eso planteamos que el vino debería estar exceptuado de las retenciones. Hoy tenemos nos cobran una retención del 4,5%, pero nos aseguraron que es política del gobierno desgravar de retenciones a los productos finales con valor agregado. Nos prometieron charlarlo con la nueva gestión de Economía”.
El 2021 el sector batió récords en las exportaciones, desde el 2012 que no se vendía tanto al exterior. Pero la buena perfomance ahora no sólo pierde velocidad, sino que se retrae. “Necesitamos ayuda para poder mantener la competitividad del sector. Nos afecta el tema retenciones y el ajuste del dólar divisa que es el que cobramos que son $130 por dólar no sigue la inflación, está por debajo del aumento inflacionario y eso limita la competitividad. Creo que el dólar de exportación, el dólar divisa, debería ajustarse al ritmo de la inflación para no perder competitividad. Con esa suba, también tendremos un aumento de lo que importamos, pero creemos que es justo reflejar la inflación”.
Un mensaje que dejó bien en claro COVIAR es que se pierde competitividad en los segmentos más masivos, pese a que son eficientes, el problema es el dólar divisa. “La vitivinicultura competimos con los tres mayores exportadores Francia, Italia y España, que son países que cuentan con un fuerte esquema de apoyo de la Unión Europea”.
La especulación en los aumentos de insumos
El tema insumos merece un capítulo aparte, ya que afecta a todos por igual, de acuerdo a su escala. “Facilitar que se abastezca el sector es muy importante para grandes y chicos, porque impacta en las bodegas y en los productores. En el mercado interno el vino sube de precios pero no al ritmo que nos están aumentando los insumos. Hay una gran suba de insumos, es un momento muy especulativo donde muchas industrias están subiendo por las dudas. Hay un momento de incertidumbre, es difícil juzgar porque cada uno trata de preservar su capital. El bolsillo viene muy golpeado no podemos trasladar los aumentos de un día para el otro”, señaló José Zuccardi.
Federico Manrique, gerente de Relaciones Institucionales de COVIAR, aporta un dato que muestra el impacto de la inflación y especulación en el sector: “Las botellas han tenido un aumento de más del 200%, las cajas de cartón subieron bastante también y son insumos que se fabrican en la Argentina. Tienen insumos importados, pero hay un aumento por encima de la inflación”.
Sobre las expectativas de este año, si bien la cosecha del 2022 es un 14% más baja que la del 2021, por cuestiones climáticas y nivel de mantenimientos de viñedos, entre otros temas, es una cosecha de muy buena calidad. “Hasta mayo el acumulado en despacho a mercado, no venta, es un 4% arriba del año pasado. Lo cual es una buena noticia porque el consumo está muy golpeado. Se está dando un fenómeno, hay un crecimiento del consumo de vinos de media y alta gama en Argentina. Los vinos de gama baja, si bien no tenemos segmentada la información, en los segmentos de menor poder adquisitivo, las reducciones son mayores”, señaló Zuccardi a BAE Negocios.
El sector está listo para exportar, pero en este contexto se complica, más que nada para competir en los segmentos de vinos de valor FOB 2,50 dólares la botella, ya muchas bodegas no son rentables en ese segmento. En esos segmento de la base de la pirámide Argentina ya no puede competir.