La falta de reservas de agua y la escasez de lluvias preocupan a los viticultores.
Los viñedos del norte de Italia están sufriendo una sequía masiva. Especialmente en las Langhe, en el Piamonte, pero también en Valpolicella, Franciacorta y la Toscana, los suelos se han secado, dijo. Como este invierno no ha nevado en casi ninguna región, faltan reservas de agua, explica Zvonimir Jurkovic, de la bodega Podere Einaudi de Barolo, a la revista digital Decanter.
Tampoco se han producido precipitaciones significativas hasta el momento. En las Langhe, no había llovido desde hacía 120 días, y los pocos milímetros que cayeron el pasado fin de semana no pudieron cambiar la crítica situación. Ninguna precipitación puede sustituir a la nieve cuando se trata de la absorción de agua del suelo. Y si llueve mucho en primavera, existe un alto riesgo de que el mildiú aparezca ya durante la fase de floración. Además, las fuertes lluvias suponen un problema de erosión para los viñedos.
Según Renzo Cotarella, de Antinori, la situación es especialmente problemática para los viñedos recién plantados, que necesitan al menos entre 30 y 50 milímetros de lluvia. Los viticultores esperan ahora el mes de abril, que suele ser el más lluvioso en Italia. Sin embargo, un riesgo aún mayor son las heladas tardías, que han causado daños en repetidas ocasiones en los últimos años.
FUENTE: REVIS.WEIN.PLUS