Un fenómeno climático que llegó al país de Oceanía y devastó muchas cosechas. Hay viñedos sin acceso, inundados y enterrados por el ciclón.
Algunos viñedos se inundaron y toneladas de barro arrastradas por las aguas enterraron las vides y las empujaron hacia los edificios, dejando botellas y equipos atrapados bajo tierra. En unas semanas se dará la cosecha de las uvas que quedaron y buscan reconstruir su pueblo.
“Creemos que la pérdida de vidas y la destrucción de hogares y negocios personales es mucho más grande que la historia del vino”, dijo Warren Gibson, enólogo de Trinity Hill para un medio local.
Qué es un ciclón
Un ciclón tropical es un sistema de tormenta organizado y giratorio que se genera sobre aguas cálidas tropicales o subtropicales. Conocidas como huracanes en el Atlántico norte y tifones en el Pacífico noroccidental, las tormentas son ciclones en los océanos Índico y Pacífico sudoccidental y son igual de letales. Nueva Zelanda no es ajena a las tormentas, pero “Gabrielle” era especialmente peligrosa.
Si bien los vinicultores sabían que el ciclón estaba próximo, nadie podría haber predicho el volumen de agua que llegó con Gabrielle. La precipitación total fue de entre 35 y 45 centímetros de agua, que se dio en 24 horas entre el 13 y 14 de febrero.
El ciclón se produce después de una tormenta de enero que provocó inundaciones generalizadas. Los fuertes vientos y las aguas de Gabrielle arrastraron las rutas costeras y destruyeron puentes, mientras que los deslizamientos de tierra crearon más daños. El 14 de febrero, Nueva Zelanda declaró el estado de emergencia nacional por tercera vez en su historia. Las primeras cifras arrojan que 10.000 residentes se quedaron sin hogar a raíz del fenómeno climático.
Cosecha en una zona de desastre
La devastación circundante es otro factor, ya que los enólogos no pueden llegar a algunos viñedos o mover equipos por pérdida de acceso u obstrucciones muy grandes. La preocupación que los aqueja es cómo sacar la fruta del viñedo en las próximas semanas. Los viñedos que se inundaron pero no hasta la zona de la fruta aún deberían ser cosechables, pero cualquier viñedo que se inundó, quedando la uva bajo el barro, necesitarán pruebas para garantizar que sea segura para la cosecha.
A pesar de los peores escenarios, los enólogos de Kiwi tienen cuidado de no descartar la cosecha por completo. La región vinícola más grande de la región de Marlborough, en la Isla Sur, no se vio afectada de manera dramática.
Una de las zonas está a casi una semana de la cosecha de Chardonnay, y tienen la esperanza de que el clima seco y soleado actual continúe. Las fechas de recolección ya se retrasaron unas semanas en comparación con las cosechas de 2019-2021, debido a un año de cultivo frío y húmedo. Pero no son los más afectados por lo que deberían poder hacer los vinos que planificaban.
FUENTE: LOSANDES.COM.AR