En estas últimas semanas se ha tenido acceso a informes de los organismos vinculados al manejo de los recursos hídricos tanto del país como de la provincia que revelan la grave situación que está provocando la sequía, ya sea por la falta de precipitaciones o por los bajos caudales de ríos y arroyos a consecuencia del escaso escurrimiento en la Cordillera de los Andes. El panorama es crítico y está obligando a que se tomen diversas medidas, tanto para la producción como para el consumo humano a fin de evitar que el agua falte en niveles extremos. También se están estudiando diversas alternativas para evitar que los diques continúen su proceso de vaciamiento ya que, de acuerdo a lo informado por el Departamento de Hidráulica de la provincia, las presas de embalse se están acercando peligrosamente a niveles en que su funcionamiento no es seguro.
Desde la Secretaría de Recursos Energéticos se informó que los diques están trabajando «bajo emergencia» erogando agua por los descargadores de fondo, algo que no debería ser habitual. En este sentido revelaron que a los diques Caracoles y Ullum ya no se les puede sacar más agua, porque no podrían resistir una eventual crecida, un fenómeno que suele ser habitual en esta época del año.
El peligro es que el arrastre de una crecida podría llegar a tapar esas presas, obligando a desactivarlas de inmediato, es decir romperlas o dinamitarlas porque en la práctica quedan sin posibilidad de volver a usarlas. El problema es que la poca agua almacenada no alcanzaría para detener el barro que arrastra una creciente y que termina destrozando las piezas internas propias de una presa de embalse.
Para evitar estas medidas extremas hay que tratar de recuperar el nivel de almacenamiento de agua llegando, en el caso de Caracoles a una cota de 1.030 msnm, y en Ullum a los 751,6 msnm. En el caso de Punta Negra se requiere una cota de 911,3 msnm. Con esos niveles se pondría al resguardo las estructura de los diques pero para ello es necesario que haya más escurrimiento de la Cordillera, algo que esta temporada no se está produciendo por las escasas precipitaciones níveas que hubo en el invierno.
Como medidas urgentes se está considerando la posibilidad de iniciar un período de cortes del agua para la producción, como también un mayor control del agua para consumo humano mediante medidores domiciliarios.
Pero hay un aspecto fundamental que hay que promover y es la concientización de la población sobre el uso que se le da al agua distribuida por red. Mientras no se tome conciencia de la gravedad de la sequía y se ayude a no derrochar agua, este elemento será cada vez más escaso pudiendo llegar a faltar en las cantidades necesarias para abastecer a San Juan. Más allá de las sanciones que se puedan imponer a quien derroche agua, nada se solucionará sino hay un criterio que haga que la gente priorice el ahorro cambiando algunos hábitos que persisten en la actualidad.