La inestabilidad de la primavera ha dejado ya los primeros daños en viñedos de algunas zonas de Galicia.
No lo están teniendo sencillo este año los viticultores gallegos. Desde que comenzó a brotar la viña, las condiciones meteorológicas no se han portado todo lo bien que deberían y, en algunas zonas de Galicia, ya se han registrado los primeros daños. Primero llegaron las heladas que, en algunas zonas, cogieron al viñedo ya brotado y quemaron esos primeros gromos. Esos episodios se fueron repitiendo en las últimas semanas cuando, además, también se registró lluvia en forma de granizo, que causó daños, sobre todo, en el valle del Bibei, en la Ribeira Sacra. A pesar de todo, los viticultores confían en que la viña pueda recuperarse de todos estos daños y la cosecha de vino sea igual de buena, por lo menos, que la del año anterior.
Fue a principios de abril cuando las bajas temperaturas afectaron al viñedo. La fortuna quiso que, entonces, buena parte de las plantaciones gallegas se encontraran al inicio de la brotación con lo que, en teoría, las pérdidas no fueron muy significativas. Eso sí, hubo plantaciones afectadas en prácticamente todas las denominaciones de origen y, según los datos que maneja Agroseguro, las bajas temperaturas ocasionaron daños de diversa consideración en uno de cada cuatro viñedos con seguro.
Vigilancia continua
Así las cosas, en Areeiro tiene claro que este es un año para estar muy pendiente de las plantaciones de viñedo. La inestabilidad meteorológica, con bruscos cambios de temperatura y lluvias, provoca que la planta sea sensible al mildiu. Pero, al mismo tiempo, hay que vigilar las consecuencias que heladas y granizo dejaron en la vid. Es muy probable que buena parte de estos daños se superen con la segunda brotación, pero también es preciso estar pendiente de la evolución de la planta, para ver si los gromos que han sido quemados por las heladas vuelven a brotar o si, por el contrario, estos presentan síntomas de botritis.
FUENTE: LAVOZDEGALICIA.ES