La agencia antifraude encuentra irregularidades en el once por ciento de los vinos.
La Inspección Central de Calidad y Prevención del Fraude italiana ICQRF ha presentado su informe anual correspondiente a 2021. Con 19.628 inspecciones en sector del vino, realizó casi un tercio de todas las inspecciones del sector alimentario. Los inspectores encontraron irregularidades hasta en el 18% de las empresas y en el 11% de los vinos. Además, confiscaron vinos por valor de 7.300 millones de euros. La mayoría de las quejas se referían a embotellados de vinos de mesa que llevaban falsas denominaciones de vinos DOC e IGT, indicando a menudo también la variedad de uva y la añada.
Los demás casos se referían a la comercialización fraudulenta de vinos con DOP e IGP que no cumplían los requisitos de los respectivos reglamentos de producción; además, a la adulteración de productos vitivinícolas mediante el riego y/o el azucarado;. Además, el ICQRF se opuso a los vinos y mostos cuya graduación alcohólica no se ajustaba a los límites declarados o legales. Además, hay productos vitivinícolas de la IGT declarados ecológicamente, cuyos análisis, sin embargo, revelaron residuos de aditivos no autorizados, así como libros de bodega que no se llevaban o se llevaban de forma inexacta e irregularidades en los documentos de acompañamiento.
Según el Ministro de Agricultura, Stefano Patuanelli, «la protección de los productos de calidad es el instrumento más importante para reforzar la industria agroalimentaria italiana y las cadenas de suministro, y prestar un servicio indispensable al consumidor. En este sentido, el ICQRF realiza una contribución fundamental al proteger y potenciar la etiqueta «Made in Italy», actuando contra todos los comportamientos fraudulentos que socavan las correctas relaciones de mercado.»
FUENTE: REVISTA.WEIN.PLUS
