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Exportar vino a China: ¿cuál es el rol del Estado y las empresas?

 

La insignia de Mendoza es un caso que permite analizar si se puede o no prescindir del Estado en el comercio exterior. Cuánto y cómo se vende vino a China.

 

 

Siguen los ecos tras los dichos sobre cómo debe ser el comercio exterior de Argentina durante el debate presidencial del domingo. Acerca de China, ese gigante al que todo el mundo quiere venderle productos, surgen varias preguntas: ¿Cómo se logra ingresar con el vino, por ejemplo? ¿cuánto dependen las empresas de sí mismas para la relación comercial con un importador? ¿qué tan importante es el rol del Estado para posibilitar las exportaciones? ¿Se puede prescindir de él?.

El vino, producto insignia de Mendoza, resulta una buena medida de lo que podría significar la ruptura de relaciones con China, cuyo Gobierno cobra un arancel del 14% a la importación, que desafía a la industria en cuanto a su competitividad frente a otros países a la hora de llevar una botella a la góndola de un súper de ese megamercado asiático. La contracara es Chile, que en 2006 cerró un TLC (Tratado de Libre Comercio) por el cual sus vinos ingresan con 0 arancel.

Un destino en el que hay mucho por hacer: apenas 1 de cada 10 litros de vino que beben los chinos son importados. Con una facturación anual de u$d 44 millones, Mendoza representa apenas un 3% en una China en busca de retomar la senda del crecimiento: actualmente, con deflación y caída del consumo, aún no recupera el nivel pre pandemia.

En ese contexto ¿cuánto ayuda el Estado a apalancar la relación bilateral?.

«Hay que pensar al comercio exterior en 4 componentes. La Cancillería, con 150 embajadas que generan una capilaridad para llegar a los mercados. El segundo, la estrategia comercial: oferta y estructura productiva, que es sobre todo privada», reseña Mario Lázzaro, gerente general de Fundación Promendoza, ente promotor de las exportaciones de la Provincia.

Mendoza y su estrategia con China

Los restantes 2 factores incidentales en cierto modo se entrecruzan: uno es la normativa vigente que regula el BCRA (Banco Central de la República Argentina) como administrador de divisas que se liquidan por cada exportación y el control de las importaciones, tema álgido de la campaña 2023. El último: las relaciones entre países, una materia pendiente para el comercio exterior de Argentina en cuanto a la falta de acuerdos bilaterales que permitan dejar de pagar aranceles.

Según Lázzaro «está claro que para nuestro país, el Mercosur debe ser más activo: hoy tenemos acuerdos con 3 países y Chile 28. El caso del vino no es comparable con la soja u otros commoditys, porque los Estados sub-nacionales tienen la posibilidad de avanzar con el comercio exterior, tal como Mendoza lo hace con China».

En ese sentido, el Ministerio de Economía vía Promendoza trabaja desde hace un tiempo en la relación región-región, o provincia con provincia. Lo hace con los «acuerdos de hermanamiento», convenios de intercambio o colaboración entre Mendoza y varios Estados de la República Popular China.

La provincia ya cuenta con 2 acuerdos de ese tipo, con su par de Guandong y Nansha. Y va por un tercero: el Gobierno espera a una misión de la provincia de Jiangxi, entre el miércoles 15 y el jueves 16. para avanzar en ese sentido.

La visión empresaria: «Nos ponen trabas todo el tiempo»

Además de tener un establecimiento propio en Shanghai, bodega San Huberto lleva una relación comercial de años con al menos 7 importadores de distintas regiones de China. Incluso le vende sus vinos a gigantes tecnológicos como Huawei.

Su presidente Leonardo Spadone, no duda. «En China, como en otros países, la relación comercial es sólo producto del esfuerzo privado. El Estado no ayuda en nada. Es más, hace poco pagábamos retenciones. Nos ponen trabas todo el tiempo, y de hecho las embajadas no conocen nada del tema».

Para el bodeguero, el Estado ni siquiera impide el cobro de 14% de arancel que el Gobierno chino cobra al importador, y termina trasladándose al precio en góndola. «Salvo por eso, y las fotos que los funcionarios se sacan en las ferias de vinos, no hay un Estado presente en el comercio exterior vitivinícola».

Sin embargo, Lázzaro relativiza algunas afirmaciones, al asegurar que «algunos dichos durante la campaña presidencial se han sobredimensionado». Y valora el rol del Estado al distinguir la capacidad de acceso a los mercados internacionales de algunas empresas grandes «de la de las pymes que muchas veces deben ser acompañadas. Por eso hay políticas públicas que no pueden obviarse o dejarse de lado«.

Arancel 0, un viejo anhelo

Todo está por hacerse, es cierto. Un país con varios miles de millones de habitantes promete mucho y el techo en lo que a consumo se refiere no es visible todavía. Pero también la afirmación aplica a las condiciones comerciales para explotar ese potencial, y seguir, por qué no, el ejemplo de Chile, que con 26 TLC es el país con mayor cantidad de acuerdos de libre comercio.

En este punto resurge el reclamo de un acuerdo de libre comercio, y con el lo que para muchos en Argentina es la llave y para otros sólo una traba: el Mercosur.

«Ni siquiera se ha logrado firmar un acuerdo de ese tipo para beneficiar a los productos argentinos. Por eso creo que lo que se ha dicho es real, todo pasa por un trato entre privados», remarcó Spadone, con una afirmación que deja la puerta abierta a seguir con la polémica de cara a la próxima elección, y como un desafío para el futuro Gobierno electo.

 

 

FUENTE: SITIOANDINO.COM.AR

 

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