El atasco en los puertos chinos amenaza con dar otro empujón a la inflación en el flete marítimo y su consecuencia en los precios de mercaderías transportadas.
La industria naviera mundial está viviendo unos meses muy convulsos. El comercio marítimo ya venía agotado y tocado por las crisis pandémica, a lo que más tarde se han sumado las presiones inflacionarias y los retrasos en las entregas. Pues bien, parece que ahora se enfrenta a la mayor prueba de resistencia hasta el momento. El atasco en los puertos de China, la fábrica del mundo.
La historia viene desde mayo, cuando el puerto de Yantian, uno de los más activos de China, anunció que no aceptaría nuevos contenedores para exportar bienes ante la aparición de un brote de covid-19. Se suponía que el puerto estaría en funcionamiento en unos pocos días, pero su reapertura se ha ido retrasando. A medida que se prolongaba el cierre parcial, las rutas comerciales se han ido atascando, disparando el precio de los fletes que se pagan por enviar mercancías de un lugar a otro.
Las autoridades del puerto de Yantian aseguran que volverán a la normalidad para finales de junio. Aunque la vuelta a la normalidad del puerto parece garantizada, el daño ya está hecho, aseguran desde la agencia Bloomberg. Para ejemplificar este suceso hay que retroceder hasta el gran atasco que sufrió el Canal de Suez, en Egipto. Los horarios de los barcos y las cadenas de suministro tardaron varias semanas en recuperarse después de que se desbloquease el barco que atascó el Canal de Suez en marzo. Ahora pueden pasar meses hasta que la carga que se acumula en el sur de China se despeje, mientras que las consecuencias se propagan a los puertos de todo el mundo.
«La tendencia es preocupante y la congestión incesante se está convirtiendo en un problema mundial», aseguran desde A.P. Moller-Maersk la mayor naviera del mundo por número de contenedores, en un comunicado el jueves.
La situación en el sur de China es uno más «en una serie de desastres que se han acumulado en la cadena de suministro global», según Nerijus Poskus, vicepresidente de estrategia oceánica y desarrollo de transportistas de Flexport, que fabrica software que ayuda a las empresas a gestionar sus cadenas de suministro. Este experto calcula que la congestión en Yantian tardará entre seis y ocho semanas en despejarse.
Esos tiempos van a generar un problema crítico porque las interrupciones van a coincidir con el período de demanda máxima de finales del verano en EEUU y Europa, donde los minoristas y otros importadores reabastecen los almacenes antes de la fiebre de las compras navideñas de fin de año.
Por lo general, barato e invisible para las empresas y los consumidores, el transporte marítimo, que ahora es más caro que nunca, se ha convertido en una amenaza de doble filo para la economía mundial: actúa como un lastre para el comercio y un potencial acelerador de la inflación.
En EEUU este miércoles, la Reserva Federal ya elevó sus pronósticos de inflación en parte porque se han formado cuellos de botella debido a que la oferta no logra seguir el ritmo de la demanda.
Los datos de Drewry Shipping publicados el jueves revelan que las tarifas de los contenedores en varias rutas siguieron aumentando, llegando a suponer casi siete veces más que hace un año el coste de enviar mercancía entre Rotterdam (Países Bajos) y los puertos de China.
Barcos desviados
Si bien la situación en el puerto chino está mejorando, el miércoles todavía existía una lista de espera media de 16 días, según un comunicado de Maersk, que ha anunciado que desviará la mayoría de sus barcos a otros lugares en junio.
Pero el cambio de ruta de Maersk y otras compañías probablemente solo se sumará a la congestión y las demoras en los puertos cercanos, según el comunicado. Los costes de envío está fuera de control y disparan los precios de bienes que van desde el café hasta los juguetes.
Incluso sin el bloqueo viviendo en Suez o los retrasos en los puertos, el sistema de transporte global probablemente estaría funcionando muy cerca de su capacidad máxima. Las exportaciones de China y otras naciones asiáticas están en niveles récord, a medida que las economías de EEUU y Europa reabren y otros mercados como India compran productos médicos para ayudar con sus brotes en curso.
El auge comercial de China no muestra signos de ceder con las exportaciones registrando cifras históricas en mayo, mientras que el tercer y cuarto trimestre suelen ser los períodos más importantes para el comercio dentro del año.
«Hay cuellos de botella en los puertos de todo el mundo debido a los brotes de covid: la gente no va a trabajar en la misma cantidad y no está trabajando a la misma velocidad que antes de la pandemia», asegura Bjorn Hojgaard, director ejecutivo de Anglo-Eastern Univan Group, una empresa que gestiona las operaciones de una flota de 700 barcos en todo el mundo, que incluyen desde buques cisterna hasta graneleros y portacontenedores.
«El transporte marítimo está tardando más en recuperarse de lo que se esperaba hace unos meses, pero tengo la esperanza de que, entrando en el cuarto trimestre de 2021 y el primer trimestre de 2022, veamos la reanudación de la actividad en muchas partes de la economía mundial y sin duda una normalización de algunos de los desafíos a los que nos enfrentamos en el transporte marítimo», sentencia el experto.
FUENTE: ELECONOMISTA.ES