La demanda de vino tinto cae mientras los consumidores prefieren vinos blancos y rosados, obligando a los productores a adaptar su producción y enfrentar una posible reducción del 20% en los precios de la próxima temporada.
El vino tinto se enfrenta a una crisis de consumo que está llevando a los productores a detener la producción y buscar alternativas. De acuerdo con okdiario.com, Anastasio Yébenes, presidente de la Plataforma en Defensa de la Agricultura y Ganadería Ecológica y miembro de la cooperativa Dcoop, advierte que el sector vitivinícola prevé una caída del 20% en el precio del vino tinto para la próxima temporada, lo que, según él, hace que su producción no sea rentable. Ante esta situación, los agricultores están explorando otras opciones, como la producción de vino rosado o incluso el uso de uvas tintas para crear nuevas bebidas.
Además de la pérdida de rentabilidad del vino tinto, el sector también enfrenta una escasez de vino blanco, que se ha vuelto mucho más popular entre los consumidores. «Este año vamos a empezar la campaña sin prácticamente existencias de vino blanco. No queda casi nada, no hay mostos ni blancos», afirma Yébenes.
Esta preferencia por el vino blanco está llevando a que los vendedores centren cada vez más su atención en este producto.
La Crisis del Vino Tinto
«Lo que sí sobra es vino tinto. Aún hay stock sin vender en algunas bodegas. Durante la pandemia comenzó a acumularse, y los hábitos de consumo han cambiado mucho entre la gente joven. Los nuevos bebedores de vino prefieren opciones de baja graduación, frescas, como los blancos y rosados», explica Yébenes.
Así, los consumidores buscan cada vez más productos más refrescantes, lo que está provocando una crisis de demanda del vino tinto.
Este cambio en los hábitos de consumo ha puesto a los productores en una encrucijada que podría afectar sus ingresos. «El vino tinto se venderá este año aproximadamente un 20% más barato. La demanda se ha trasladado al vino blanco, que escasea, mientras que el vino tinto abunda», señala Yébenes.
En respuesta a estas circunstancias, muchas bodegas están adaptando su producción. «Vamos a intentar producir la mayor cantidad posible de vino rosado, porque su precio es similar al del blanco y debemos buscar la mayor rentabilidad para los socios», comenta Yébenes.
Actualmente, según datos del Ministerio de Agricultura, el precio medio del vino tinto se sitúa en 45,15 euros por hectolitro, mientras que el vino blanco alcanza los 46,24 euros por hectolitro. Aunque la diferencia no es grande, los productores prevén que se amplíe en la próxima campaña y se mantenga a lo largo de los años, por lo que ya están tomando medidas para afrontar las consecuencias de estos cambios.
