Desde herramientas de monitoreo de enfermedades hasta eficientización del riego, el nuevo hito de la tecnología promete ser muy útil para los productores. Los ejemplos que la propia IA nos brindó.
El uso de las herramientas tecnológicas en el campo está más que difundido pero a medida en la que siguen surgiendo novedades, los instrumentos se actualizan y algunos se vuelven obsoletos.
La irrupción de la inteligencia artificial promete modificar estas herramientas y ofrecer ventajas invaluables. Algunas tecnologías ya se están sirviendo de ella para desarrollar sistemas que contribuyan al productor.
Como la propia inteligencia artificial permite interactuar con los humanos, a la redacción se le ocurrió directamente preguntarle cuál puede ser su propia contribución en la vitivinicultura y que de ejemplos de herramientas que actualmente se utilizan.
Según explicó: “la inteligencia artificial puede aportar significativamente a la vitivinicultura en varias áreas. Algunas aplicaciones incluyen:
- Análisis de Datos: La IA puede procesar grandes conjuntos de datos para predecir patrones climáticos, enfermedades de las plantas y optimizar el momento de la cosecha.
- Monitoreo de Cultivos: Sistemas de sensores y drones equipados con IA pueden monitorear de cerca las condiciones del viñedo, identificar áreas problemáticas y ayudar en la gestión eficiente de recursos.
- Reconocimiento de Enfermedades: Algoritmos de visión por computadora pueden detectar signos tempranos de enfermedades en las plantas, permitiendo respuestas rápidas y reduciendo pérdidas.
- Optimización de riego: Mediante el análisis de datos meteorológicos y del suelo, la IA puede ayudar a optimizar los programas de riego, garantizando un uso eficiente del agua.
- Selección de Cepas y Mezclas: Algoritmos de aprendizaje automático pueden analizar perfiles de sabor y datos históricos para recomendar combinaciones de uvas que produzcan vinos de alta calidad.
- Gestión de la cadena de suministro: La IA puede mejorar la eficiencia en la cadena de suministro, desde la cosecha hasta la distribución, asegurando una entrega oportuna y reduciendo el desperdicio”.
Luego, se le preguntó precisamente por si estos programas y tecnologías que utilizan inteligencia artificial son costosos: “La inversión en tecnologías de inteligencia artificial para la vitivinicultura puede variar dependiendo del alcance y la complejidad de la solución.
Algunas herramientas, como aplicaciones de monitoreo básico, podrían tener costos más accesibles. Sin embargo, soluciones más avanzadas, como sistemas de análisis de datos complejos, drones especializados o plataformas integradas, pueden tener un costo más elevado”.
Es importante considerar que, a pesar de la inversión inicial, muchas de estas tecnologías están diseñadas para mejorar la eficiencia, aumentar la calidad del producto y, en última instancia, optimizar los recursos a largo plazo. Al evaluar la adopción de tecnologías de inteligencia artificial en la vitivinicultura, los productores suelen considerar el retorno de la inversión a largo plazo y los beneficios operativos que estas soluciones pueden aportar.
Es esencial realizar un análisis detallado de las necesidades específicas y evaluar cuidadosamente las soluciones disponibles en el mercado para determinar el costo real de implementación en un contexto particular. Además, los costos operativos continuos, como el mantenimiento y las actualizaciones, también deben ser considerados.
Herramientas específicas de análisis de datos ya están aplicando inteligencia artificial para gestionarse y gestionar los datos de un cultivo, como nivel de humedad, posibles plagas, etc. Además también se brindan soluciones de gestión administrativa-contable con esa tecnología. También hay sistemas de monitoreo con drones que se sirven de la inteligencia artificial para ampliar su alcance. Lógicamente, a mayor complejidad, mayor costo.
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