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Chile: Fuerte caída de exportaciones, sobre stock y dura competencia

 

Los envíos de vino nacional han retrocedido más de 20% en lo que va del año. Lo anterior es solo un dato para reflejar el complejo escenario que golpea a la industria, el cual -según voces del sector vitivinícola- no tiene precedentes.

 

 

 

 

Frente al duro periodo que enfrenta el rubro vitivinícola, con una profunda caída tanto en las exportaciones, como en las ventas, son muchos los productores de la industria –tanto pequeños como grandes– que han visto sus ganancias reducidas.
De hecho el gremio Vinos de Chile, anunció que las exportaciones se han desplomado más de un 20% en volumen y valor en lo que va del año, en comparación al mismo periodo del año pasado. Los mismos actores del rubro han calificado este duro 2023 como «el periodo más desafiante» que han debido enfrentar y también como «una caída que como industria no nos había tocado experimentar».
Entre los factores indiscutidos se encuentran las altas tasas de interés, las fuertes presiones inflacionarias y todo lo que trajo consigo la pandemia. En esta línea, el gerente comercial de la Vinoteca –que representa a diversas viñas nacionales e internacionales a lo largo del país– Pablo Awad, comentó que «la situación país, las alzas en los precios de los productos y el sobre stock que presentan muchos de los clientes» están entre las principales razones de este complejo escenario.
Un popurrí similar mencionó el gerente general y enólogo de la viña MontGras, Adolfo Hurtado, quién dijo que «el periodo se ha visto marcado por una serie de factores: tasas de interés elevadas, ajustes en los inventarios de nuestros principales importadores, presiones inflacionarias que han mermado el consumo y aumentos de costos debido a problemas logísticos derivados de la pandemia».
Otro factor importante es el alto nivel de inventario a nivel global, que según el gerente comercial de la viña Morande, Javier Calvo, «fue consecuencia de la disrupción logística asociada a la pandemia, junto con una contracción del consumo, inflación y mayores costos de financiamiento. Y adicionalmente la fuerte caída que experimenta el mercado Chino, gran motor de la industria en años anteriores».
Sin embargo, los actores del rubro no bajan los brazos, y según detalló Awad, se desarrollan constantemente diversas medidas para fomentar la industria. «Tenemos que lograr que los consumidores sientan el vino como un patrimonio nacional, somos uno de los mayores productores de vino en el mundo», expresó.
Sin ir muy lejos, según datos entregados por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), Chile es el primer exportador de vinos de Sudamérica y ocupa el cuarto puesto a nivel mundial, siguiendo de cerca a los líderes en la materia: países europeos de vasta trayectoria. Siendo superado solo por Italia, España y Francia.

Surgir en el rubro

Tanto los grandes productores, como los medianos y pequeños mencionan haber presentado múltiples complicaciones. Los que se definen como pequeños productores, enfrentan un gran desafío a la hora de adentrarse en el rubro, donde las grandes empresas se encuentran ya establecidas.
Las realidades son diferentes, y mientras algunos pequeños productores de vino aseguran que caminan «al lado de la gran industria y no nos cruzamos mucho», otros expresaron que «competir contra la gran industria es muy difícil».
Pero sin duda, hay un factor que enfrentan todos: los crecientes costos, y es que existe una gran diferencia entre producir y exportar mil cajas, a un millón de cajas o más.
François Massoc, enólogo y socio en Aristos, Massoc Frères, Atelier Noëlle y François Massoc -tres pequeñas empresas de vino-, comentó que a pesar de pagar todo por anticipado, reciben peores condiciones que las grandes viñas. «Ellos obtienen créditos y descuentos», por la trayectoria y los años que llevan en la industria. Sin embargo «uno que paga el contado y por anticipado nada», afirmó.
«Surgir…surgir no es fácil», expresó Roberto Henríquez, enólogo y propietario de Bodegas y Viñedos Roberto Henríquez, frente a los grandes productores. «No contamos con tanto personal, para gestionar las ventas, no tenemos tanta oportunidad».
Sin embargo, una visión diferente manifestó Renan Cancino, viticultor y propietario de Bodegas El Viejo Almacén de Sauzal, quién señaló que «son proyectos de unidades productivas más pequeñas que pueden convivir sin problema al lado de las grandes empresas«, y aseguró que «somos proyectos complementarios unos con otros».

Pequeños exportadores frente al comercio internacional

El consenso llegó al hablar del mercado internacional, donde sin duda, el escenario se vuelve aún más complicado: los costos aumentan y ya no solo se enfrentan a los grandes exportadores nacionales, sino que también a los países que lideran la industria.
«Ahí la cosa cambia», dijo Cancino. «Aparecen muchos productores pequeños de diversos países: Francia, España, Italia (…) que están distribuidos por el mercado del mundo y más cerca». Asimismo, explicó que para los exportadores nacionales «es mucho más caro llegar que para ellos».
Profundizando en el tema, contó que «llegamos con valores más caros, y quedan también más caros en la góndola, lo que dificulta la competencia», calificándola como «bastante más dura y cruel«.
Además, «hoy día el mercado está con una oferta importante de este tipo de productores, y estos tipos de vinos con los que nosotros trabajamos». Sin duda, «hay un tema de competencia muy duro afuera, pero con productores de nuestro tamaño y no con la gran industria de afuera«, concluyó el propietario de Bodegas El Viejo Almacén de Sauzal.
Similar es lo que señaló Henríquez. «La competencia internacional es fuerte. Lo que genera Francia y otros países en términos cualitativos y de impacto en la calidad de los vinos es fuertisimo», subrayó.
Y no solo eso, sino que también hay un tema de reputación, aseguró el propietario de Bodegas y Viñedos Roberto Henríquez, «su mercado fluye mucho más por un tema de reconocimiento histórico«, sin dejar de mencionar su gran calidad.
Otra desigualdad es enfrentarse a los grandes productores nacionales a la hora de vender sus vinos fuera del país. «Para nosotros en concreto es más difícil y es más caro«, aseguró Massoc.
«Nuestros costos por botella son mucho más altos que los de cualquiera», ejemplificando que un viaje fuera del país para vender sus vinos, según su escala económica y las ganancias que generan, «es mucho más caro por botella que para las grandes bodegas», ya que a ellos se les provee en «varios millones de botellas, mientras que a nosotros en algunos cientos».

Caída en las exportaciones

Las cifras son las siguientes. Según el último reporte de Vinos de Chile, durante el mes de agosto las exportaciones de vino embotellado volvieron a caer, esta vez un 34,8% en volumen y 26,3% en valor, respecto al mismo mes del año anterior. «Fuerte», «compleja» y que «podría mantenerse por un tiempo», así describen la situación algunos productores.
En concordancia con lo anterior, Cancino señaló que sus ventas se han visto muy afectadas, «este año no hemos mandado ni una botella fuera de Chile, lo que es complejo y duro. Estamos tratando de sobrevivir».
«Es un tema que nos lleva a hablar entre nosotros, los pequeños productores, para ver cómo vamos a enfrentar esto. (…) De momento cada uno está intentando hacer lo que puede y cree que es mejor».
Por su parte, Henríquez destacó el apoyo que ha recibido. «Organismos como ProChile o Corfo, nos han ayudado mucho, han creído en nosotros y nos han entregado distintas oportunidades«. Entre esta ayuda y otras medidas, si bien han visto una caída en sus ventas, no esperan que sea tan considerable.
Sin embargo, para algunos la situación es crítica. Cancino expresó que «ya partieron los abandonos de viñas, y los arranques hacía alternativas más rentables, lo que podría producir una estabilización. Por ahí podrían ir regulándose los volúmenes, pero la verdad no sé si vamos a resistir esta crisis».

El futuro de la industria vitivínicola

Con miras a futuro, Awad ve que «el mercado ha mejorado un poco comparado con lo que venía de principios de año, pero se esperaba una mejora bastante mayor».
Para el gerente general de la viña MontGras «el 2024 nos inspira un optimismo cauteloso. Esperamos una regularización en nuestra distribución actual, así como el fruto de los esfuerzos dedicados a expandir nuestra red de distribución durante este período desafiante».
Mientras que las proyecciones de la viña Morande no son tan esperanzadoras. Según declaró Calvo, «aun cuando la venta presenta una tendencia al alza y vemos mayor tracción en varios mercados, es poco probable que logremos recuperar la caída versus 2022 en los meses que quedan por delante«. «Estamos redoblando esfuerzos para cerrar el año de buena manera y por sobre todo, con niveles de inventario saludables en la cadena de distribución».
FUENTE: EMOL.COM
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