Al inicio de la cosecha, los viñateros sanjuaninos contaban con que la merma en la producción hiciera subir los precios de la uva. Si bien eso se produjo en la primeras semanas de comercialización, con valores que llegaron a 100 pesos por el kilo de uva cereza, 120 por blancas y 140 por uvas tintas, en el casi cierre de la cosecha no hubo una remontada. A ello, según los productores, se agrega que el mecanismo de pago en cuatro cuotas mensuales a partir de mayo los llevará a perder fondos por el avance de la inflación, que acumuló 13,1 por ciento en el primer bimestre del año. La única esperanza que tienen es que el anuncio que hizo el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, por el dólar vino, que implica un valor diferencial del dólar para la exportación, movilice el sector y derrame hasta el último eslabón, los viñateros. No obstante, dicha medida se aplicaría el 1 de abril, por lo que se desconoce su impacto, ya que se espera que, a diferencia de otros años, la cosecha termine a fines de este mes.
Con esos valores, los productores estimaban una suba del precio de la uva, más si se está acercando el cierre de la cosecha. En ese marco, el titular de la mesa Vitícola dijo que los montos actuales «no son los mejores, no es lo que estábamos esperando». Así, recordó que «en enero se acordó con las cámaras de Mendoza y San Juan un precio base (115 pesos) y, lamentablemente, no ha llegado. Lo peor es que, además de no haber llegado, vamos a cobrar en cuotas y la inflación nos va a diluir el valor que hay» porque «la uva se empieza a cobrar de mayo o junio en adelante» hasta septiembre, con un porcentaje de suba de precios estimado en 6 o 7 por ciento mensual. Por su parte, Ramos dijo que «pretendíamos 115 pesos por la uva común y, si bien se está comercializando a 100 y no estamos tan lejos, lo que nos perjudica es el mecanismo de pago» porque, según explicó, además de las cuotas, «hay algunas bodegas que han dado precios y pagos tentativos, lo cual no es bueno».