La vitivinicultura argentina dio un salto cualitativo a principios de siglo que le permitió a las bodegas salir a competir al mundo y crecer de la mano del Malbec.
La reconversión también impactó de lleno en el mercado interno, que se consolidó con vinos de mejor calidad y mejoras de los precios promedios. Sin embargo, en los últimos diez años el sector ha mostrado signos de agotamiento, que se reflejan en la pérdida de 12.000 hectáreas de viñedos y caídas de ventas.
Según un informe elaborado por el Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA), organismo que cumple una década de vida, entre 2012 y 2021 cayó 5,5% la superficie implantada de viñedos en la Argentina. En detalle, había 223.280 hectáreas cultivadas con vid hace diez años y se contabilizaron 211.099 hectáreas en 2021, lo que representa 12.181 hectáreas menos.
De acuerdo a las estadísticas, que fueron elaboradas en base a datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y la Bolsa de Comercio de Mendoza (BCM), la baja se dio en realidad entre el 2014 (ese año se llegó a 226.404 hectáreas) y 2021. En ese período se erradicaron 15.305 hectáreas de viñedos.
Martín Hinojosa, presidente del INV, indicó que hay varios disparadores de la pérdida de fincas. Además de los problemas macroeconómicos que golpean a todas las economías regionales, como las subas de costos, la alta presión tributaria y la lejanía de los puertos, el funcionario aseguró que hay una alta incidencia la crisis hídrica. “Es un problema que desemboca en que muchas fincas no sean productivas. No tienen agua, riegan mal y no pueden producir. Esto sin duda ha incidido en las cantidades y en el manejo de los viñedos”, apuntó.
“También ha habido avance de las ciudades sobre el campo. Mucha superficie se ha destinado a la construcción de barrios privados. Los productores encuentran un buen negocio en la venta de sus terrenos. Es inevitable”, agregó Hinojosa.
Una buena noticia es que, a pesar de la pérdida de superficie, Argentina ganó un lugar en el ranking de hectáreas cultivadas con vides. En 2012 se encontraba en la octava posición, detrás de España, Francia, Italia, China, Turquía, Estados Unidos y Portugal.
Por otro lado, medido en cantidad de viñedos (explotaciones agropecuarias), la caída en la última década fue del 8,6%. Si se suman las de bodegas y las de productores, había 25.424 viñas en 2012 y se registraron 23.247 en 2021.
Pero no todas son malas noticias para la vitivinicultura. Si bien hubo una caída considerable en la superficie implantada, la baja en términos de producción no fue significativa. En el período analizado se dejaron de producir solo 199.781 quintales (-0,9%), de donde se deduce que los viñedos existentes mejoraron su rendimiento.
Mercado inestable
Tampoco los resultados de ventas son bondadosos con la vitivinicultura argentina. Según el informa del Observatorio, en los últimos diez años cayeron 17% los despachos al mercado interno, pasando de 1.005.907.694 litros comercializados en 2012 a 834.523.950 en 2021.
En el medio hubo varios altibajos, que en parte tuvieron que ver con el volumen de cosecha obtenido en cada temporada, pero la tendencia general de largo plazo es claramente negativa.
De hecho, la última vez que las bodegas superaron la barrera de 1.000 millones de litros fue en 2015. A partir de entonces las ventas en el mercado interno se mantuvieron siempre por debajo de ese valor y los datos parciales de 2022 anticipan que este año no será la excepción.
En lo que respecta a las exportaciones, las estadísticas muestran una caída del 4% en valor y una baja del 8% en volumen.
En facturación, la caída fue de USD 922.541.090 en 2012 a USD 888.532.582 en 2021, aunque desde el Observatorio destacaron que el precio promedio del litro de vino ascendió de USD 2,52 dólares a USD 2,65.
En volumen la retracción de punta a punta fue de 365,9 millones exportados en 2012 a 335,2 millones enviados al exterior el año pasado.
Los competidores de Argentina
Aunque las exportaciones argentinas de vino cayeron, tanto en valor como en volumen, las bodegas locales lograron avanzar un lugar en el ranking de los principales competidores del mundo. Esto, debido a que Estados Unidos sufrió una caída mucho mayor a la registrada en la Argentina durante la última década.
El destino principal de los vinos argentinos sigue siendo justamente Estados Unidos, pero ya sin tanta ventaja respecto a otros mercados. “Mientras que en 2012 concentraba más del 27% de las compras de nuestros vinos, en el final de la década, en 2021, la porción de la torta bajó a 20%”, destacaron desde el observatorio.
Tampoco los resultados de ventas son bondadosos con la vitivinicultura argentina. Según el informe del Observatorio, en los últimos diez años cayeron 17% los despachos al mercado interno, pasando de 1.005.907.694 litros comercializados en 2012 a 834.523.950 en 2021.
FUENTE: ANALISISDIGITAL.COM.AR