El superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, explicó de qué se trata el riego acordado, el cual beneficia a la vid y los frutales.
Cantidad de agua
Marinelli reconoció que la cantidad de agua disponible es menor a la que requieren los cultivos porque “por ejemplo, una viña necesita unos 10 mil metros cúbicos por hectárea por año y están recibiendo unos 10 mil, pero en la cabecera del canal, a lo cual hay que descontarle las perdidas por lo que reciben menos”.
El futuro
El futuro de los cultivos de vid y frutales está ligado al programa de una agencia de Israel, el cual es a mediano plazo, y de acuerdo a la disponibilidad de agua de cada cuenca, “habrá que programar acciones que pasan por obras, cambio cultural y acciones de los usuarios en cuanto al uso eficiente del agua”.
FUENTE: SITIOANDINO.COM.AR