El Dr. Rodrigo Espíndola, Ingeniero Agrónomo del INTA, nos explica las causas, consecuencias y medidas preventivas ante la enfermedad.
El brote de Peronóspera que afecta actualmente a viñedos de San Juan y Mendoza ha encendido alarmas en la comunidad vitivinícola. En una entrevista exclusiva con Uvas Argentinas, el Dr. Rodrigo Espíndola, analizó las condiciones que favorecieron el brote, sus efectos y cómo prevenir esta enfermedad.
¿Qué es la Peronóspera y por qué está causando preocupación?
La Peronóspera es una enfermedad que esta siempre presente en nuestros viñedos. Va de la mano de oídio y botritis que son las enfermedades que debemos controlar. Normalmente se da más en Mendoza que San Juan debido a que Mendoza es bastante más húmedo ya que tiene más precipitaciones y menores temperaturas máximas y medias, lo que facilita la existencia de rocío durante largas períodos de tiempo.
Pero en años atípicos como este en el que estamos atravesando un año Niño, donde hay mayor humedad ambiente por mayores precipitaciones, se dan mayores contagios en zonas donde no es tan habitual, por eso estamos viendo un brote muy marcado en San Juan, aunque acá en Mendoza también hay viñedos afectados.
¿Cuáles son las condiciones para que se desarrolle la Peronóspera?
Hablamos de la regla de los «Tres Diez»:
- 10 cm de brote en la vid.
- 10°C o más de temperatura.
- 10 mm o más de lluvia, condiciones que se dieron durante el mes de octubre con lluvias persistentes.
Dado que el hongo pasa el invierno bajo formas de esporas en la hojarasca del suelo, los primeros riegos de la temporada funcionan hidratando el suelo y a los inóculos de Peronóspera. Si a ello le sumamos los movimientos de suelo, propias de las labores culturales que se realizan en esta época del año, esas esporas pasan del suelo al aire y se alojan en las plantas cuyos brotes comienzan a crecer. Por lo que desde ahí es solo cuestión de tiempo que se produzca la siguiente condición necesaria para que el hongo comience a desarrollarse: la presencia de humedad.
Se necesitan, por lo menos, dos horas de agua continua, para que el hongo nade a través del agua, se meta en las esporas de las hojas y desde adentro comience con la infección de la planta. La Peronóspera es un endoparásito, produciendo las características «manchas de aceite».
¿Cómo impacta el hongo en las diferentes etapas del viñedo?
La Peronóspera afecta principalmente los órganos verdes de la vid, dependiendo de la etapa fenológica:
- Floración: produciendo un corrimiento o deformación del racimo en forma de S que hace que se pierdan las flores y por ende casi todo el racimo. Aunque estadísticamente es muy poco probable que suceda este ataque de Peronóspera en nuestra zona, porque normalmente en la época en que se produce la floración aún no están dadas las condiciones de humedad para que el hongo se desarrolle, este año si ocurrió y es el ataque que estamos viendo en la actualidad.
- Bayas “grano pimienta”: produciendo una momificación de las bayas. Esto ocurre antes del envero cuando la baya aun esta verde. En esta etapa de crecimiento de la vid, el hongo provoca una momificación de las bayas totalmente irregular. Es decir que puede atacar toda o partes de la baya.
- Hojas: luego del envero, el próximo ataque se puede dar en la planta es sobre las hojas. Ello, porque en el racimo ya encontramos presencia de azúcar y además porque los mismos ya empiezan a cambiar de color (pensemos que el hongo ataca órganos verdes), por lo que lo único que le resta por atacar son las hojas. El tema es que al atacar las hojas de la vid, las mismas se secan y se caen. Las hojas cumplen una función fundamental produciendo fotosíntesis y facilitando la maduración de los frutos y la concentración de azúcar en los granos de uva. Al caerse las hojas, este proceso se ve afectado, y por ende tenemos uvas que no pueden madurar, afectado a la cosecha.
¿Cómo prevenir la Peronóspera?
La prevención de la Peronóspera es sencilla en viñedos y no requiere de grandes inversiones, distinto es cuando la enfermedad se ha desatado, ya que allí estaríamos hablando de curación y por ende la utilización de productos es mucho más costosa y el daño a la producción ya este hecho. Podríamos enumerar como acciones preventivas a:
- Mantener un viñedo equilibrado, con riegos controlados y fertilización moderada.
- Realizar despampanados para permitir la circulación de aire y luz solar.
- Usar productos preventivos, especialmente los de acción sistémica, que ofrecen mayor cobertura en épocas de crecimiento activo.
¿Qué consejos le darías a los productores?
Frente al brote histórico de Peronóspera, la comunidad vitivinícola debe actuar de manera preventiva y coordinada para minimizar los daños. No esperar a tener la enfermedad para actuar. Siempre es mejor prevenir que curar. En años como este en el que ya tenemos asegurado un nivel elevado de humedad y estamos viendo la aparición temprana de focos de Peronóspera, recomiendo hacer una vigilancia continuada de los viñedos y aplicar preventivamente productos que retrasen e inhiban el desarrollo del hongo.
Un consejo útil es anotar las ocurrencias de las lluvias y vigilar el viñedo cada 15 días para detectar a tiempo la ocurrencia de la enfermedad y actuar a tiempo. Además, ante cualquier duda, consultar con un profesional siempre es la mejor opción.