La tradicional fiesta chilena provoca diversos desafíos en la industria vitivinícola, no solo en la logística, sino también en la producción y conservación de estos licores. Una de las principales aplicaciones es la inertización de cubas, es decir, disminuir la concentración de oxígeno en el espacio vacío en la parte superior que no contiene vino dentro de cada estanque.
Durante abril el país celebra distintas fiestas de la vendimia, tradición que congrega una gran cantidad de chilenos y que se realiza en el período de cosecha de la uva en un momento en que la industria vitivinícola elevaba enormemente su producción.
El desafío no es menor y para esto se deben tomar las medidas necesarias para poder estar a la altura por el aumento en la demanda de los insumos necesarios para la elaboración del vino.
Según los expertos, lo más importante es poder adelantarse a la demanda por productos y servicios que generará la vendimia. Por lo tanto, se hace necesario estar en contacto con los actores de este mercado antes del período de esta tradición, de manera de conocer la información que manejan, sus percepciones y opiniones en cada zona del país, respecto de cómo se desarrollará el proceso de vendimia en el año en curso.
Las viñas han logrado desarrollar una capacidad de información de diferentes parámetros respecto tanto de las vides, su crecimiento y desarrollo, como de las características del suelo y las particularidades del clima.
“Con la información que recabamos a través de las visitas a quienes hacen posible cada vendimia, logramos ir adelantándonos en conseguir la cantidad de recursos necesarios, normalmente una dotación de cilindros alta que debe ser movida desde donde se encuentre a cada una de las zonas en donde comenzará a desarrollarse la tradicional fiesta y por tanto, se generará la demanda”, explica Diego della Maggiora, gerente de Desarrollo de Negocios Air Products-Indura, soluciones integrales en gases y soldaduras.
Es así como zonas normalmente más cálidas, como son las de Ovalle, Elqui, son las que dan la pauta del inicio de la vendimia a nivel nacional, para luego dar paso hacia otras zonas más centrales como Maipo y Curacaví, terminando por zonas más australes.
“Es todo un desafío logístico y de producción, porque cuando comienza la vendimia el trabajo en la viña no se detiene, es 24×7, sin fines de semana, pues la fruta no espera y debe ser procesada en el momento preciso, de manera de lograr los altos niveles de calidad que logra el vino chileno”, agrega.
Por otra parte, el mercado vitivinícola ofrece diversas aplicaciones e innovaciones. Una de las principales que se utiliza es la inertización de cubas o estanques contenedores de vino; es decir, disminuir la concentración de oxígeno en el espacio superior que no contiene vino dentro de cada estanque, se trate de un vino en proceso de elaboración o terminado.
“Con ello se busca proteger el producto de la oxidación. Una de las últimas innovaciones es la utilización de sistemas de inertización automática, mediante los cuales se logra mantener -por medio de variaciones de presión- el vino en una atmósfera sin presencia de oxígeno”, revela el experto.
Asimismo, hoy la industria vitivinícola chilena dispone del uso de anhídrido carbónico en cualquiera de sus formatos, hielo seco, nieve carbónica o gaseosa, en el proceso de la molienda de la uva.
“Esto permite evitar la oxidación del jugo y así poder contar con una mejor calidad de materia prima en cuanto a aroma, color y sabor, con lo cual la calidad del vino será mejor y así, la viña podrá dar un mayor valor a sus mostos y vinos terminados”, concluye della Maggiora.
FUENTE: ELMOSTRADOR.CL