La sumatoria de peronóspora, granizo, lobesia y olas de calor provocó una reducción del 11% respecto a 2024 y del 5% frente a 2023. Los productores alertan por el impacto futuro en la vitivinicultura provincial.
La vendimia 2025 en San Juan quedará en la historia como la peor de las últimas siete décadas. La provincia produjo 365.595.653 kilos de uva, una caída del 11% frente al año pasado y un 5% inferior incluso al 2023, que hasta ahora ostentaba el peor registro reciente. Aunque oficialmente quedan algunos días de cosecha, los productores coinciden en que las cifras no variarán.
Según los datos de la semana 20 del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), mientras San Juan sufrió una fuerte merma, Mendoza logró incrementar su producción. Esto refuerza la visión de los presidentes de la Federación de Viñateros y la Asociación de Viñateros Independientes, quienes coincidieron en que fue la combinación de adversidades la que devastó la cosecha sanjuanina. Los 365 millones de kilos obtenidos quedaron lejos de los 410 millones del 2024, de los 384 millones del 2023 y aún más del récord de 2018, cuando se alcanzaron 686 millones.
Los problemas comenzaron temprano con un brote de peronóspora en un momento inusual: durante el crecimiento inicial del fruto. El clima templado prolongado hasta diciembre favoreció el avance del hongo, mientras que la lobesia botrana también causó daños, aunque en menor medida. A estos factores se sumaron intensas olas de calor que afectaron la maduración de las uvas, provocando deshidratación, pérdida de peso y adelanto en las cosechas. Además, las tormentas de granizo, que persistieron hasta marzo, agravaron el cuadro de pérdidas.
Pese a este panorama, los precios que recibieron los productores no registraron aumentos. Tanto Alfredo Olivera, de la Federación de Viñateros, como Juan José Ramos, de Viñateros Independientes, denunciaron que la mayoría de las bodegas pagaron 200 pesos por kilo, igual que la temporada anterior. Olivera atribuyó esta situación a los altos stocks de vino existentes, mientras Ramos mencionó la baja competitividad del dólar y las medidas de desregulación como factores que deprimieron los valores.
Los dirigentes advirtieron que esta coyuntura compromete el futuro de la vitivinicultura sanjuanina. La falta de recursos podría impedir inversiones necesarias para curar viñedos afectados y prevenir nuevas enfermedades. Además, alertaron que el sector se está achicando: San Juan, que alguna vez representó el 25% de la producción nacional, hoy apenas alcanza el 10%. El impacto social también preocupa: calculan que esta temporada generó cerca de 40.000 empleos, puestos que podrían estar en riesgo si no mejora la situación.
Fuente: www.diariodecuyo.com.ar
