El organismo internacional presentó los datos de 2024 y remarcó los desafíos del sector frente al cambio climático, la demanda cambiante y las tensiones comerciales.
La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) presentó este martes, en una conferencia de prensa virtual, su informe anual con los datos clave del sector vitivinícola correspondientes a 2024. Durante el encuentro, el director general del organismo, John Barker, subrayó la urgencia de fomentar la cooperación entre países e impulsar medidas de adaptación frente a los cambios que afectan a la industria.
“El escenario actual representa un desafío para los productores, pero también abre oportunidades si se actúa con inteligencia y en forma colectiva”, afirmó Barker.
El director de la OIV insistió en la necesidad de enfrentar el cambio climático con estrategias conjuntas, invertir en investigación para comprender mejor al nuevo perfil de consumidor y fortalecer el comercio internacional. En ese sentido, destacó el papel central de la OIV —que agrupa a 51 países— como entidad de referencia en la promoción de conocimiento y cooperación técnica.
Tendencia a la baja en la superficie mundial
Uno de los principales datos del informe es la reducción global del viñedo, que en 2024 fue del 0,6 %, situando la superficie total en 7,1 millones de hectáreas. Se trata del cuarto año consecutivo de descenso, aunque con una velocidad de contracción más moderada que en periodos anteriores. La baja se concentra principalmente en las uvas destinadas a la producción de vino.
En la Unión Europea, la disminución fue del 0,8 %, con una superficie total de 3,2 millones de hectáreas. España continúa siendo el país con más viñedos del mundo (930.000 hectáreas), aunque registró una caída del 1,5 %. Francia redujo un 0,7 % (783.000 hectáreas) e Italia logró un leve incremento, alcanzando las 728.000 hectáreas. Otros países europeos con alzas mínimas fueron Rumanía (187.000 ha) y Grecia (93.000 ha), mientras que Portugal, Alemania, Bulgaria y Hungría reportaron caídas notorias.
Diferencias regionales y tendencias emergentes
Fuera del bloque europeo, Moldavia mantuvo su superficie estable (115.000 ha) y Rusia creció un 2,2 % (108.000 ha). En Asia, China se mantuvo como el tercer país con mayor superficie (753.000 ha), registrando una leve baja del 0,4 %. Turquía, con 402.000 ha, continúa en declive sostenido y perdió un 20 % en la última década. India se destacó por su crecimiento constante del 4,5 % anual desde 2019, alcanzando las 185.000 ha.
En América del Norte, Estados Unidos redujo un 0,7 % su superficie, que se sitúa actualmente en 385.000 ha, acumulando once años de contracción desde su pico en 2013. En Sudamérica, Argentina y Chile sufrieron caídas del 2,4 % y 3,2 %, respectivamente. Brasil, en cambio, mostró una tendencia opuesta con un crecimiento del 1,6 %, consolidando cuatro años consecutivos en alza.
En África, Sudáfrica lidera con 120.000 ha, aunque sigue en descenso por las secuelas de las sequías entre 2015 y 2017. Egipto (89.000 ha) y Argelia (69.000 ha) completan el panorama regional. Por su parte, Australia mantiene desde hace cinco años una estabilidad cercana a las 159.000 ha.
Hacia políticas vitivinícolas más resilientes
El informe de la OIV concluye que, salvo contadas excepciones, la mayoría de los países han reducido sus viñedos debido a factores como el cambio climático, ajustes económicos o reestructuraciones productivas.
Para el organismo, estos datos deben convertirse en una base técnica para la elaboración de políticas públicas en materia agrícola y comercial que fortalezcan el futuro del sector. “Frente a un contexto global desafiante, el conocimiento compartido y las decisiones informadas serán las herramientas clave para preservar y adaptar la vitivinicultura”, cerró Barker.
Fuente: www.vinetur.com