Un estudio confirma la viabilidad de reutilizar residuos orgánicos del sector vitivinícola argentino para cultivar sorgo y pasto perenne, en línea con los principios de la bioeconomía circular.
Las actividades agroindustriales generan grandes cantidades de residuos orgánicos y efluentes, lo que plantea desafíos ambientales importantes, especialmente en zonas áridas donde la gestión adecuada de estos materiales resulta crítica. Sin embargo, estos residuos también representan una fuente valiosa de materia orgánica y nutrientes para suelos pobres o degradados.
En el caso de la viticultura argentina, que en 2023 abarcó 204.847 hectáreas de superficie agrícola, la escasez de agua y el empobrecimiento del suelo son factores que limitan la producción en este sector estratégico. La industria genera además grandes volúmenes de residuos de uva —sedimentos y restos de poda— que se valorizan en productos como alcohol, ácido tartárico y compost. No obstante, los procesos de valorización generan efluentes con alta carga orgánica y salinidad, lo que supone un estrés adicional sobre los recursos hídricos locales.
Cultivar biomasa: una solución innovadora para regiones áridas
El estudio exploró el uso de estos efluentes para el cultivo de biomasa vegetal —principalmente sorgo y pasto perenne— en regiones áridas. Estas plantas podrían ser destinadas a la producción de bioenergía, alimentación animal o empleadas como cosustratos en procesos de compostaje, promoviendo así un modelo de bioeconomía circular.
El riego combinado de sorgo y pasto con estos efluentes aumentó el contenido de materia orgánica en el suelo y provocó una ligera reducción del pH. El sorgo mostró una mejor tolerancia a la salinidad, confirmando su adaptación a condiciones adversas, mientras que el pasto, aunque generó menor volumen de biomasa, fue más eficiente en la absorción de nutrientes, concentrando más nitrógeno, fósforo, potasio (NPK), cenizas y sales solubles.
Los resultados sugieren que la elección entre sorgo o pasto depende del objetivo final: si se busca maximizar la producción de biomasa o priorizar la captura de nutrientes en el suelo.
El estudio demuestra que es posible valorizar los efluentes derivados de la industria vitivinícola mediante la producción de biomasa en regiones áridas, ofreciendo una solución sostenible que contribuye tanto a mejorar los suelos agrícolas como a fortalecer el enfoque de bioeconomía circular en el sector agroindustrial.
Fuente: Universidad Autónoma de Barcelona – www.uab.cat