De forma general, se puede afirmar que el período más adecuado es cuando la planta está en reposo, entre la caída de la hoja, aproximadamente desde finales de abril y el momento de la brotación, al inicio de la primavera. Y siempre debe realizarse en el período de dormición de las yemas latentes.
Es decir, actualmente, el 1ro de septiembre, las podas han debido terminarse. Incluso las más tardías (luego ya hablaremos del aclareo o la poda en verde).
El ciclo fenológico de la vid hace que terminado el lloro, la planta comience a despertar en estos momentos, abriendo ya las yemas hasta ahora latentes.
Una pequeña puntualización: Es importante recoger bien los sarmientos y zarcillos de la poda, y hacerlos desaparecer. Mediante trituración y picado, posterior, se pueden utilizar los restos para incorporarlos al suelo o utilizarlos transformándolos en pellets. Yo, desde luego, aconsejo no incorporarlos al suelo, ya que unas cuantas ramas infectadas de por ejemplo yesca, pueden causarnos posteriormente grandes problemas. Y evidentemente desaconsejo, la quema de los mismos, aunque sea controlada, bajo autorización previa y en hornos o lugares permitidos. Por desgracia, esto actualmente es lo más común, pero menos sostenible y ecológico.
Si la poda se realiza antes de que la planta entre en reposo, las hojas no han enviado a las partes leñosas todas sus reservas en forma de carbohidratos, logrando el debilitamiento de la planta y haciendo que brote tardíamente y de forma menos vigorosa.
Si la poda se realiza después de que la planta inicie la brotación, «Poda Tardía», con el corte se eliminan gran cantidad de las reservas ya movilizadas por la planta y situadas en los órganos podados, lo que retrasa la nueva brotación y debilita la planta. Esta poda tardía, con el consiguiente retraso en la brotación, realizada de forma puntual y no continuada a lo largo de los años, sería interesante para lograr evitar los daños que causarían las heladas primaverales en las plantas recién brotadas, y principalmente en plantas jóvenes.
En climas tropicales, donde no existe una parada de crecimiento y la planta no entra en reposo real, la poda debe realizarse entre mayo y junio.
Además distintos estudios han determinado que con una poda al inicio del invierno (en junio o julio) la brotación es temprana e irregular, disminuyendo significativamente la producción, puesto que hay yemas que no llegan a brotar.
Sin embargo, podas más próximas al inicio de la brotación (agosto – septiembre) consiguen una brotación más regular, algo más tardía y una producción óptima.
PODAS TEMPRANAS Y TARDÍAS. PROGRAMACIÓN DE LA PODA DE LA VID
Aún podando dentro del período de reposo vegetativo, son varios los motivos que tiene el viticultor para podar antes o después, pero pocos los efectos que se producen en la planta según sea la poda temprana (abril – mayo) o tardía (agosto – septiembre).
Cuando se dispone de poca mano de obra y muchas plantas que podar, el agricultor programa la poda desde finales de abril para poder terminar la labor antes de primavera, teniendo en cuenta que sobre las plantas que han sido podadas un año de forma temprana, debe realizarse esta labor al año siguiente de forma más tardía y viceversa.
Por otro lado, el momento de la poda no tiene influencia en el desarrollo productivo de la planta en el año agrícola, ya que el inicio de la cosecha depende de las condiciones del año anterior al que se realiza la poda.
Consideraciones a tener en cuenta para la organización de los trabajos de poda de la vid:
• LA CLIMATOLOGÍA
Evitar días de niebla, lluvia o alta humedad relativa. La mayor parte de las enfermedades de la madera (yesca de la vid…) se transmiten por las heridas de poda. Los días con humedades relativas altas favorecen la entrada por las heridas de poda de los hongos de la madera.
• LA OROGRAFÍA DEL TERRENO
Dejar las vaguadas y zonas más hondas, que suelen ser las zonas más frías para el final del invierno. De esta forma, conseguiremos retrasar un poco la brotación y evitaremos las heladas en estas zonas.
• LA EDAD DE LA PLANTA DE VID
Es importante podar las plantaciones de menos de 3 años lo más tarde posible. Las plantas más jóvenes son más sensibles a las heladas y a la recuperación de sus efectos. No afecta igual una helada a una planta joven que a una viña adulta, por lo que retrasaremos la poda de la planta joven al final del invierno o principios de primavera, siempre antes del movimiento de savia.
• LAS VARIEDADES PRECOCES Y TARDÍAS
Normalmente se empezaría a podar por las variedades de maduración más tardía y se acabaría con las variedades de maduración temprana. Esto se hace para retrasar la brotación de las variedades más tempranas y adelantar algo la de las variedades más tardías.
FUENTE: VINETUR.COM