Soeva busca que los salarios de trabajadores vitivinícolas mejoren más del 100%. Qué proponen las empresas. Cómo sigue la paritaria.
Propuesta + revisión
Desde el otro lado de la mesa, como es habitual, contraponen sus argumentos. Y sacan sus cuentas.
Para Eduardo Senra, miembro paritario por la UVA «el sindicato ha hecho un pedido fuerte, que significa un 90% remunerativo y más del 100 con sumas extra. Tenemos que analizarlo bien porque es un costo muy alto».
Sin embargo, de cara al próximo encuentro y sin adelantar cifras, incluso proyectan una «escalera» para desdoblar sumas hasta fin de año. Una propuesta supeditada, luego de conocerse el pronóstico de cosecha del INV ajustado a las últimas contingencias climáticas (primero heladas tardías, y más tarde ola de calor y granizo) «a cómo se da la producción y también la situación general».
Lo concreto es que a la reunión del jueves 16 ambas partes llegarán tal vez con dos certezas: el primer IPC del 2023, que rozaría el 6% y el Indec difundirá hoy. Y casi con seguridad, el dato de la estimación de la cosecha de uvas.
Un segundo punto de la discusión, pero no por eso menor, es cómo encarar una revisión o actualización en un año en el que también se vislumbra a la inflación como el gran desvelo para los bolsillos. Algo que se cruza con otro factor: los precios de la materia prima frente una cosecha pobre tensa la negociación entre productores y bodegueros.
«La revisión salarial podría ser trimestral o semestral, pero dependerá de la oferta que hagan. Es un panorama complejo por los distintos convenios vigentes y dado que no se puede uniformar la situación de los viñateros y pequeños bodegueros con los grandes, trasladistas y mosteras», adelantó Rubio.
Hay que tener en cuenta que el último acuerdo (2022/23), aún con sumas no remunerativas y adicionales actualizadas con la última revisión salarial de enero, fue insuficiente para empatar el partido contra una inflación anual que arañó el 97%.
Variables y tacho
Aunque lejos de dar certezas, por ahora la postura empresarial se inclina hacia un pago inicial y una primera recomposición para marzo.
Frente este primer panorama, Senra adelantó que la idea es «replicar el esquema del 2022. E intentar que el salario no decaiga en medio de una situación complicada del país».
En tanto, y aunque siempre es un punto que se cierra al final de la paritaria, el valor del tacho de uva también está en la agenda.
Al respecto, Soeva solicitó $110 de aumento, sobre los $33 que terminaron pagándose en 2022.
En este apartado las cámaras no se resisten tanto a esa pretensión. Sin embargo, técnicamente saben que podrán hacer valer cuánto incidió la meteorología en el rendimiento. Primero las heladas tardías (las bajas temperaturas producen «corrimiento» de granos, o sea, racimos más livianos), y más recientemente el granizo (por las pérdidas de producción, que en algunas zonas fue total).
91,86% en el último año
Mientras tanto ¿cuánto acumuló como ajuste salarial el trabajador vitivinícola el último año?.
Luego de sumar alrededor de $16.000 limpios entre enero y febrero, el operario de bodega pasó a ganar un haber mensual de $73.888 (a eso se suma $20.403 en concepto de refrigerio). Eso hace un sueldo de bolsillo de $82 mil.
Mientras que para el trabajador de viña significa encarar la nueva paritaria 2023 con un básico de $70.473.
Es lo que resultó de la última revisión por inflación, por la que la Federación de sindicatos vitivinícolas, FOEVA, había cerrado el 19 de enero un aumento anual acumulado del 91,86% para los trabajdaores del sector vitivinícola, incluída una primera actualización aplicada en agosto. Al menos 5 puntos menos que el IPC (Índice de Precios al Consumidor) a lo largo del año 2022, sin contar el dato de enero que se estima en torno al 5%.
El acuerdo contempló una suma de $10.000 para el CCT 85/89 en enero, y una de $9.500 para el CCT 154/91. Esto se anexó a las sumas no remunerativas ya pactadas entre el gremio y los empresarios.
FUENTE: SITIOANDINO.COM.AR